Los más de 7.300 empleados de la planta de General Motors (GM) en Figueruelas (Zaragoza) eligen mañana al nuevo comité de empresa tras dos años especialmente duros, en los que la multinacional ha estado a punto de quebrar y de vender sus plantas europeas a la empresa austríaco-canadiense Magna.
Después de que la dirección de GM en Detroit tomara el control de la empresa tras recibir ayudas multimillonarias del Gobierno, la planta de Figueruelas afronta su futuro con sendos acuerdos sobre la reestructuración de plantilla, un renovado plan industrial y un nuevo convenio colectivo, apoyado por la mayoría de la plantilla.
Con la producción asegurada por el éxito del nuevo modelo Meriva, son siete lo sindicatos que concurren a estas elecciones, los que actualmente tienen representación, UGT, CCOO, CGT, USO, OSTA y Acumagme, más el Sindicato Obrero Aragonés (SOA).
En las elecciones de 2006, UGT logró 11 de los 35 representantes del comité, CCOO y CGT ocho, respectivamente, USO y OSTA tres, en cada caso, y el sindicato de cuadros Acumagme dos.
El cabeza de lista y actual secretario general de la sección sindical de UGT, Pedro Bona, confía en que el sindicato gane de nuevo los comicios, en los que a su juicio va a pesar mucho todo lo vivido en los últimos dos años.
“La plantilla tiene que saber valorar lo que ha ocurrido en estos cuatro difíciles años que hemos pasado”, quizá los dos últimos los más importantes de los casi 30 años de vida de la planta, ha subrayado a Efe Bona, quien considera que la plantilla ya demostró su “madurez” con el referéndum sobre los acuerdos alcanzados con la dirección, que respaldó la mayoría de empleados.
Ahora, ha agregado, los trabajadores pueden decir en las urnas qué quieren para un futuro en el que quedan muchas cuestiones pendientes, que requerirán consensos en el comité, en el que podría ser más complejo llegar a pactos si hay un sindicato más, aunque la diversidad de ideas, para Bona, “nunca es un inconveniente” porque de ella pueden salir mejores acuerdos.
En ese sentido, el cabeza de lista de CCOO, José María Fernando, ha advertido de que si los siete sindicatos obtienen representación en el comité puede quedar “totalmente atomizado” y hacer más difícil la unidad de acción que reclaman los trabajadores, dada la disparidad de criterios en sus propuestas.
CCOO aspira conseguir la mayoría del comité y pide el respaldo de la plantilla no por lo hecho hasta ahora, sino por el trabajo que queda por hacer, con el objetivo de que la empresa salga de la situación de “excepcionalidad” en la que ha estado hasta ahora y recupere la normalidad, ha dicho Fernando.
Ha destacado, además, que el resultado de las elecciones es una “incógnita” y “no sabemos -ha agregado- en qué situación quedarían los acuerdos” con la dirección si hubiera un “vuelco” en el comité y estuvieran al frente quienes mantuvieron una posición “beligerante” en su contra, concretamente CGT y OSTA.
Elecciones con “ánimo”
Por su parte, Santiago Arcos, de CGT, ha declarado que afronta las elecciones con una candidatura renovada y con “ánimo” para ampliar el número de votos obtenidos en 2006.
Además, ha opinado que en los comicios la plantilla tendrá en cuenta toda la actividad sindical de los cuatro años, no sólo los acuerdos con la dirección y, en este aspecto, ha incidido en que los trabajadores los tuvieron que asumir “a regañadientes” por el “miedo” a perder los puestos de trabajo y ha recordado que en el referéndum hubo un alta abstención y casi el 35 por ciento de quienes votaron los rechazaron. EFE