La fusión de modelos de Fiat y Chrysler va a tener una consecuencia desagradable para sus respectivos concesionarios.
La matriz, el grupo Fiat, ha decidido cancelar los contratos de concesión que en la actualidad tienen con sus vendedores para partir de cero, presentar sus intenciones y quedarse con unos setenta concesionarios, que serían de nuevo cuño, de los alrededor de cien que tienen entre las dos marcas.
Por el momento, los planes dados a conocer son una línea de directrices a la que se irá dando forma según se sucedan los acontecimientos, pero la base ya está puesta. Según ha podido saber La Tribuna de Automoción, los planes pasan por cancelar las licencias el próximo 31 de mayo, aunque la operatividad de estos se mantendría como en la actualidad.
Ahora hay que esperar las negociaciones por parte de los protagonistas para conocer cuáles son los concesioanrios que continúan bajo el emblema de Lancia, y cuáles se tienen que buscar nuevas actividades para continuar operando. La intención es que esta nueva estructura esté conformada finalmente en un plazo de doce meses. En principio serán unas setenta concesiones, un número que se espera sea superior en la cantidad de sedes de servicio de posventa.
Los cánones estéticos están definidos y el nuevo portfolio de modelos ya está preparado, tanto los que existen en la actualidad como los que llegarán en un futuro próximo, que serán una mezcla de vehículos actuales de Lancia y Chryler que estarán colonizados con el emblema de la italiana.La duda en saber qué sucederá con las empresas que no renueven el contrato. Son varios los que podrían pasar a operar con alguna de las otras marcas del consorcio, entiéndase Fiat, Alfa Romeo, Fiat Vehículos Industriales, y Jeep, puesto que la marca americana seguirá existiendo en nuestro continente como tal.
Podrían darse facilidades para no perder la relación, pero esta es una de los puntos que falta por aclarar. Aunque también podría darse el caso de empresas que se vean claramente perjudicadas por la nueva situación y que demanden al nuevo consorcio por daños y perjuicios.