Las marcas que rehúyen de las combinaciones alfanuméricas para llamar a sus distintos modelos tienen que recurrir al ingenio para buscar nombres convincentes y llamativos para generar atracción entre sus clientes. Una de las principales estrategias es utilizar ciudades, países, regiones o monumentos para denominar a sus productos.
Ferrari es uno de los fabricantes que suele emplear esta táctica, dado que cuenta con varios automóviles bautizados con reseñas de lugares transalpinos. En 1996, presentó a la prensa el 550 Maranello en el circuito de alemán de Nürburgring, un gran turismo con un motor V12 en posición delantera. Este recibió su apelativo de un pueblo de la región de Módena, donde se encuentra la factoría de la compañía y un museo en el que recorrer su historia, tanto de la división de vehículos de calle como de competición. Pero no es el único, el cavallino rampante dispone de otros ejemplos, como el 360 Módena, Portofino, Fiorano, Roma o el 458 Italia. Aunque también, ha buscado fuera de sus fronteras, posee el California o el F12 Tour de France, en honor a la histórica prueba automovilística gala.
Homenaje a sus países
Chevrolet realiza un homenaje a la geografía de su país, entre ellos con el Colorado, el Montana y el Orlando. Aunque si hubiera que destacar uno, ese sería el Malibu, que tomó el apodo de la ciudad californiana. Comenzó su fabricación en 1964, cuando se le conocía como Chevelle Malibu, 14 años después se le acortaría el apelativo hasta como lo conocemos ahora. No obstante, la producción de este se pararía entre 1977 y 1997, cuando lanzó su nueva generación. Después, se actualizó dos veces, hasta la que se mantiene a día de hoy.
Otro ejemplo es el de Suzuki, que se fue hasta el territorio italiano para bautizar dos de sus coches: el Verona y el Forenza. Por su parte, Ford se trasladó hasta la ciudad andaluza de Granada para registrar uno de sus vehículos. Este tuvo dos versiones completamente diferentes: una berlina de lujo para EEUU fabricada entre 1975 y 1982 y un sedán para las regiones europeas disponible hasta 1994. Asimismo, esta comercializa el Everest, un SUV de tracción total que se basa en la anterior generación del Ranger, y también tuvo el Capri, considerado como el Mustang europeo.
Seat da a elegir los nombres de sus modelos
No obstante, la mayor experta en emplear topónimos es Seat, dado que, desde que se desligó de Fiat, ha tendido a nombrar todos sus modelos con ciudades españolas, a excepción del Mii y el Exeo. Así, primero llegó el Ronda, un compacto que estuvo en producción entre 1982 y 1986, y que es considerado el antecesor del León. Aunque se suele pensar que el primero fue el Ibiza, este último empezó a fabricarse dos años después. Cabe señalar que Andalucía es la comunidad que más ha inspirado a la enseña nacional, con ejemplos como el Málaga, Marbella, Córdoba o el Alhambra (se hizo una excepción debido a que este monumento representó a una antigua ciudad).
En 2018 dejó la elección en manos de sus seguidores, la insignia dio a elegir el nombre de su próximo coche. A esta competición se presentaron 10.000 propuestas, de las cuales quedaron como finalistas Alborán, Aranda y Tarraco. Finalmente, con el apoyo del 35,52% de los votos, la denominación romana de Tarragona fue la opción vencedora.
