El último en anunciar que sus vehículos podrán usar los supercargadores ha sido Mercedes-Benz, que estuvo negociando con la estadounidense hasta el pasado 7 de julio, cuando confirmó, mediante un comunicado, que sus eléctricos podrán recargar en los 12.000 puntos NACS en América del Norte a partir de 2024 mediante un adaptador. Además, incorporarán estas tomas a sus automóviles a partir de 2025, convirtiéndose en el primer constructor alemán en hacerlo, justo después de Volvo, la pionera de origen europeo en firmar un acuerdo con Tesla.
Así, la germana pretende ampliar las opciones de carga para sus clientes, mientras trabaja en construir su propia red de alta potencia, que contará con más de 400 estaciones con 2.500 cargadores en Norteamérica para fines de la década.
Otras empresas que ya confirmaron su alianza con la de Musk para emplear su tecnología fueron Ford, General Motors, Rivian y Polestar.
Aún en negociaciones
Stellantis, Volkswagen y el Grupo Hyundai-Kia continúan estudiando la posibilidad de incorporar también este sistema a sus coches.
La coreana encuentra un problema en la velocidad de carga, ya que la arquitectura que utilizan sus modelos es de 800 V, más alta que la potencia de los Tesla.
Respecto a la alemana, aún está en negociaciones, pero han anunciado que Electrify America, su unidad de red de carga, ya ha concluido que incluirá este sistema.