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Seat confirma la inversión para crear un Hub de Economía Circular en su planta de Barcelona

Seat ha anunciado el desarrollo de un Hub de Economía Circular en sus instalaciones de la Zona Franca de Barcelona para llevar a cabo proyectos industriales de «reutilización, refabricación y reciclaje» de, entre otras cosas, vehículos usados y baterías. La iniciativa conllevará una inversión que superará los 10 millones de euros y movilizará a 150 empleados en su primera fase.

El presidente de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, durante la presentación de los resultados financieros de 2022, celebrada en Casa Seat de Barcelona.

Seat ha anunciado el lanzamiento en 2023 de su nueva estrategia de sostenibilidad empresarial (ESG), en la que «uno de los principales pilares será el desarrollo de un Hub de Economía Circular» a finales de año en sus instalaciones de la Zona Franca de Barcelona para llevar a cabo proyectos industriales de «reutilización, refabricación y reciclaje» de, entre otras cosas, coches usados y baterías, una inversión cuya aprobación por parte del Grupo VW ya fue adelantada en primicia por La Tribuna de Automoción en su edición de la segunda quincena de diciembre de 2022.

Esta comunicación, que ha sido realizada en el marco del evento de presentación de los resultados financieros de la compañía de 2022, se ha acompañado de otras vinculadas a la iniciativa Future: Fast Forward (F3) de desarrollo de la electrificación en España. Así, el fabricante, tras avanzar que la ambición es que se produzcan «tres millones de vehículos cero emisiones en el conjunto de Martorell y Pamplona entre 2025 y 2030», ha precisado que «está trabajando intensamente en una planta de ensamblaje de baterías –se presentará, previsiblemente, en la segunda convocatoria del Perte VEC– y en una segunda plataforma de coches» para la factoría catalana, «con el objetivo de aumentar su participación en la cadena de valor» de los modelos a pilas «y seguir siendo competitiva a largo plazo».

La puesta en marcha del centro de economía circular fue una de las reivindicaciones de los sindicatos en las negociaciones del convenio colectivo 2022-2026 que fue recogida por Seat dentro de su plan de futuro para ser estudiada. No obstante, tras meses de trabajo, la luz verde por parte de la corporación presidida por Oliver Blume llegó a finales del curso pasado, como adelantó este medio y acaba de confirmar la firma española.

Para llevar a efecto este proyecto, la inversión que podría reservar la marca sería ligeramente superior a 10 millones de euros, según informaron a esta publicación fuentes del sector, que indicaron que la actividad se asumirá en una nave de Zona Franca –la número 7- que será completamente remozada.

Inicialmente, las informaciones publicadas remitían a que, en una primera fase, el hub alcance una plantilla de alrededor de 150 empleados para desempeñar inicialmente el reacondicionamiento de vehículos usados de Seat y su red de concesionarios para, posteriormente, añadir los del resto de enseñas del consorcio (VW, Audi, Skoda y VW Vehículos Comerciales).

Pese a estas consideraciones, el presidente de la empresa española, Wayne Griffiths, señaló, a preguntas de La Tribuna de Automoción, que el centro de economía circular está todavía en “una etapa muy inicial” y que, por tanto, no es posible confirmar el empleo que se requeriría ni el dinero que se desembolsará.

Es más, apuntó que se está trabajando en diferentes escenarios laborales, no estando claro si el personal, que tendrá que tener competencias diferentes de las industriales que ahora se desarrollan, será propio o se recurrirá a una empresa externa. En lo que respecta a la futura planta de montaje de packs de baterías, por contra, la decisión estaría tomada y sería la de que los operarios estuvieran en la nómina de Seat SA.

Seat vuelve a los beneficios netos, con 67,5 millones, tras dos años en pérdidas

En cuanto a los resultados financieros, Griffiths explicó que en 2022 se tomaron decisiones en la empresa que permitieron “sentar los cimientos para iniciar un nuevo capítulo hacia la electrificación y una mayor rentabilidad”. Unas bases, que concretó el vicepresidente de Finanzas e IT, David Powels, salen de un plan estratégico con 16 líneas de actuación, que está operando en una optimización de los ingresos, una mejora del mix de vehículos comercializados, sobre todo a través del impulso de Cupra; así como una “fuerte” reducción de costes.

Con estas premisas, el fabricante, a pesar de vender un 4% menos a su red comercial, hasta las 455.297 unidades por la falta de chips (a clientes finales fueron 385.592, un 18% menos, repartidas 232.696 para Seat, un 40,5% menos, y 152.896 para Cupra, un 93% más), impulsó su facturación un 14%, hasta los 10.513,4 millones de euros, su segunda cifra más elevada en los 73 años de historia de la compañía, por detrás del récord de 11.157 millones de 2019, que se cosechó con un 30% más de entregas.

Esta cifra de negocio se tradujo, por un lado, en un resultado operativo negativo de 114 millones, frente a los -371 de 2021 –si no se aplican los costes de reestructuración de 293 millones provisionados para el plan de suspensión de 1.330 contratos recogido en el nuevo convenio se obtendría un saldo positivo de 179 millones y un margen sobre ingresos del 1,7%–; y, por otro, en un beneficio neto de 67,5 millones, frente a las pérdidas de 256,3 millones y de 194,2 de los dos últimos ejercicios, respectivamente. Mientras tanto, el Ebitda se situó con 505 millones de números negros, considerando las mencionadas cargas laborales, y con 798 millones sin ellas, representando los más elevados del lustro precedente.

En materia de flujo de caja operativo, la empresa concluyó con 625 millones, 247 más que el curso anterior, y en el capítulo de inversiones y gastos en I+D con 880 millones, 25 menos, aunque en la segunda vertiente de este apartado se avanzó en 14 millones, hasta los 654.

De cara a 2023, calificado por Griffiths como el año de la aceleración del cambio, el constructor ve por delante “muchos motivos para ser optimistas” a partir del fuerte comienzo comercial experimentado, acumulando 71.500 ventas hasta febrero, con Seat creciendo un 12% y Cupra un 75%. Además, se parte de un contexto en el que se ha ajustado notablemente el punto de equilibrio de la compañía, que ha evolucionado, según detalló Powels, desde una necesidad de entregar 48.000 vehículos al mes a 38.000 en la actualidad, lo que significa “una mejora importante a nivel financiero y de sostenibilidad”.

El vicepresidente de Finanzas aseveró que este curso van a seguir trabajando “intensamente” en las 16 líneas de actuación establecidas en 2022, destacando la identificación de “las máximas sinergias con el Grupo VW y dentro de la Península Ibérica“, una hoja de ruta que debería conducir a materializar un objetivo de “mejorar de manera significativa” las cuentas. “Vamos por el buen camino hacia la rentabilidad sostenible“, zanjó.

La segunda plataforma para Martorell, ¿antes de final de década o después?

Un tema que tuvo protagonismo en la conferencia de prensa fue la posible adjudicación de una segunda plataforma eléctrica para la planta de Martorell para vehículos del tamaño del León y Formentor, como reclaman los sindicatos. Una cuestión que, en opinión del presidente de Seat, es “esencial que llegue”, junto al ensamblaje de los battery pack, “para seguir siendo competitivos” en el centro de producción.

Sin embargo, Griffiths explicó que, en estos momentos, con la planificación industrial que manejan para los próximos años “no existe capacidad de fabricación”, a priori, en la presente década, toda vez que “con el small BEV –la planta dispondrá de potencial para montar 500.000 unidades anuales– tienen “bastante”, a lo que habría que añadir el montaje del León y Formentor que se seguirán haciendo, incluso después de la entrada en vigor de la Euro 7, y quizá del Arona e Ibiza, si la normativa medioambiental que se apruebe es “sensata”.

Otra cosa distinta será si la polémica regulación de emisiones se saca adelante con un enfoque estricto, que podría suponer el fin de los modelos térmicos de pequeño tamaño (como el Ibiza, Arona y A1, ensamblados en Martorell); y, además, la evolución del mercado eléctrico es más lenta de lo proyectado hoy en día. De este modo, la arquitectura no se podría “descartar para antes de 2030”.

En todo caso, puntualizó que el Grupo VW tomará las decisiones al respecto “a su debido tiempo”, aunque reconoció que no será “en la ronda de planificación de producto de este año”, la denominada PR72, que tendrá lugar a finales de ejercicio. Así, la hora de la verdad llegaría en 2024.

 

Los miembros del Comité Ejecutivo de Seat posan delante del Cupra UrbanRebel, que se fabricará en Martorell en 2025.

La convivencia de las marcas Seat y Cupra

Gran parte del impulso de los resultados económicos del fabricante se sustentan en la exitosa evolución de Cupra, cuyas operaciones se priorizaron el año pasado ante la escasez de semiconductores, al ser mucho más rentables que las de Seat. Por todo ello, sus entregas a cliente final, a tenor de su alza interanual del 93%, representaron ya un 39,7% del total de la empresa.

La evolución de esta enseña aspiracional acumula múltiples récord, como recordó Griffiths, en sus cinco años de vida, en los que sobrepasa las 300.000 transacciones. Para 2023, cuando la estrategia será “consolidar el negocio en Europa” y “preparar la ofensiva de producto para 2024”, primero con Tavascan y, posteriormente, con Terramar, está previsto que la firma sobrepase la barrera del 50% de los ingresos de la corporación.

En el crecimiento proyectado en el futuro, con el que se buscar alcanzar el medio millón de unidades anuales en 2025, será determinante su expansión internacional. Aquí, una opción que se abre es la de entrar en el mercado norteamericano. En estos momentos, se están haciendo pruebas con clientes potenciales y “los primeros resultados son muy prometedores”, subrayó el presidente, quien añadió que los vendedores especialistas en la red de distribución se ampliarán en 500 este curso para llegar a 2.000 y los Cupra Garage, en 300, hasta 700.

En paralelo al desarrollo de Cupra, la presencia de la marca Seat, a juicio de Griffiths, coloca al grupo en una “situación ideal”, al contar con dos productos que “se complementan bien”, con los eléctricos de la primera y los térmicos de la segunda. Sobre los planes de futuro de esta última, declaró que las decisiones sobre su electrificación se adoptarán “más adelante”, porque “ahora no hace falta”, ya que la estrategia es “invertir” en el logo de alta gama para generar la suficiente rentabilidad que permita desarrollar los planes de la compañía.

En relación a la transformación de Seat hacia una marca especializada en micromovilidad, comentó que ya está trabajando en este terreno con las motos de la división Mó y que están estudiando ampliar el porfolio con un coche pequeño a través de acuerdos “con socios externos”. Se trataría de hacer una versión del biplaza S04 de Silence.

Más allá de ello, el presidente destacó que en su momento le llegará el turno para introducirse en la tecnología cero emisiones, puntualizando que, entonces, “podrá ofrecer una movilidad eléctrica en entornos urbanos para gente joven“.

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