Junio cerró como el cuarto mes consecutivo en rojo, con 90.129 unidades (-8,11%), la mejor cifra del año, como es habitual en estas fechas, pero lejos de los registros anteriores a la pandemia. De hecho, fue el peor desde 2013 (72.870), aunque muy cerca de 2014 (90.288), según los datos de Urban Science. Además, sumando los acumulados de 2020, 2021 y 2022, se hicieron un total de 1.231.511 operaciones, lo que supone una media de 410.504 unidades en cada curso, en el periodo de enero a junio. Esto implica una diferencia del 0,4% por debajo de los que fueron los tres peores años del siglo XXI para la automoción, 2011, 2012 y 2013, en los que la suma es de 1.236.279, con un promedio de 412.090.
Las malas cifras del último mes podrían estar vinculadas, en gran medida, a una posible parálisis de la demanda, provocada por la inflación —el dato adelantado de junio en España es de un 10,2%—, sumada a un incremento de los tipos de interés y, por ende, del precio de los créditos al consumo, que desincentivan las adquisiciones e incitan al ahorro.
Solo en el acumulado de lo que va de año, con 411.060 unidades (-12,16%), queda el peor primer semestre —sin contar 2020, sacudido por la pandemia de lleno— desde 2013, cuando se hicieron 386.704 operaciones en el momento más bajo de la crisis financiera.
Un primer semestre lastrado por las alquiladoras
Retomando la foto solo de 2022, aunque las cifras son alarmantes, sí que es necesario dejar claro que este primer semestre ha estado muy marcado por el retroceso del rent a car, que se contrajo un 49,14%, con 16.673 unidades, frente a las 59.138 de un curso antes. En este sentido, hay que recordar que particulares (-0,13%) y empresas (0,27%) acabaron planos. Desempeño similar tuvo junio, con las alquiladoras cediendo un 43,09%, los privados apuntándose un -2,54% y las compañías trepando un 18%.
Lo mismo ocurre si se detalla el tipo de tecnología. Mientras que los automóviles de combustión siguen bajando, los enchufables van cogiendo cada vez más protagonismo. La peor parte, como es habitual desde 2016, le toca al diésel, que cede otro 28,7% en el ejercicio, dejando la cuota de mercado en un 21,56% (es decir, solo uno de cada cinco coches emplea esta mecánica), mientras en el mes el descenso es más leve, al dejarse un 14,22%. Los gasolina también retroceden, pero con más suavidad: un 9,93% en 2022, con una cuota del 69,08%.
Al otro lado, los eléctricos puros suman una subida del 23,6% en el mes, con 3.179 unidades, y el acumulado asciende un 58,5%, con 14.673. Si se juntan los híbridos enchufables, alcanzan los 38.467 coches (+35,5%) y un share del 9,36%, según Aedive y Ganvam.
En cuanto a las marcas más demandadas, Toyota lideró el mensual y se afianza en la primera posición de 2022 (37.209), con Peugeot (32.438) segunda, pero a 4.781 unidades, lo que comienza a ser una distancia preocupante para las aspiraciones de la marca del león.
