La herramienta de comparación de precios Uswitch ha elaborado un informe sobre la calidad de la red de recarga de vehículos cero emisiones en 34 países de Europa. En él, España queda en la 16ª posición, sin quedar en la mitad inferior, pero lejos de los 10 primeros, demostrando que aún queda mucho margen de mejora.
Nuestra nación obtiene una nota de 4,52 sobre 10, evidenciando que ser poseedor de un eléctrico puro presenta aún demasiadas dificultades. El territorio tiene un ratio de 0,21 estaciones de carga cada 10 km² y, por cada enchufe, una media de 7,94 coches deberían compartirlo. Además, el coste anual de llenar la batería está entre los más altos del continente –somos séptimos en la tabla de ese parámetro–, con 417,01 euros.
Países Bajos, triunfador
El estudio de Uswitch otorga las puntuaciones en base a los siguientes criterios: proporción de puntos de recarga rápidos, precio promedio de recargar el VE más popular en cada país y capacidad de las estaciones por km² y per cápita. Es decir, en realidad el baremo tiene en cuenta aspectos muy determinados de la infraestructura y los resultados podrían variar si se priman otros.
Con todo, el triunfador del reporte es Países Bajos, único en superar la barrera de los 8 puntos con un 8,23. El territorio neerlandés cuenta con 24,15 estaciones por 10 km² y es el primero en este parámetro concreto también, con una amplia diferencia de 17,37 puntos sobre Luxemburgo (6,78), segundo. Cada enchufe tiene un ratio de 2,8 usuarios –solo Eslovaquia (2,3) y Croacia (1,47) rinden mejor– y el coste al final de año es de 184,59 euros, tercero en este aspecto, solo superado por Turquía (164,49) y Rumanía (170,25).
En segundo lugar, el Estado croata puntúa un 7,66, a pesar de contar con 0,31 estaciones por km² –lo que les ubica en la mitad inferior de tabla en este ámbito–. Lidera en número de usuarios por punto de carga y es noveno en el precio medio, con 231,75 euros. Sin embargo, el buen rendimiento en este estudio seguramente se deba a la baja penetración del VE en este mercado y a las ayudas que su Gobierno está destinando para tratar de revertir la situación.
El podio lo completan Eslovaquia y Letonia, ambos con un 7,26. La primera tiene 0,28 estaciones por 10 km² y es segunda en ratio de usuarios por enchufe, con un coste anual bastante asequible de 240,36 euros, décima en este ranking. Por su parte, los letones destacan por no contar con ningún punto de recarga de baja velocidad. Pese al reducido número de infraestructuras para llenar la batería (0,07 por km²), son sextos en concentración de clientes (3,4 por enchufe) y séptimos en términos económicos (202,17 euros).
La cola, por debajo del 3
En el caso de los países que peor nota obtienen, todos quedan por debajo del 3. Irlanda tiene la puntuación más baja, un 1,45, pese a ser uno de los que mayor penetración de electrificados tiene. El motivo es que la mayor parte de puntos de recarga son privados y, en el caso de los públicos (0,22 por km²), no son de alta velocidad. Esto resulta en un ratio de 13,96 usuarios por enchufe y un coste desproporcionado –el tercero más alto– de 564,59 euros al año.
Chipre (2,58) y Grecia (2,82) completan la cola y tienen el mismo problema con los puntos de carga rápida: no hay. La isla tan solo posee 0,06 infraestructuras de media por km², con 5,98 usuarios por punto y un precio de 376,46 euros. Por su parte, el Estado heleno es el tercer peor clasificado en ratio de estaciones por km², con 0,04 y una media de 6,44 clientes. En cuanto al coste, queda en la zona tranquila de la clasificación con 301,59 euros.
Sin embargo, como se ha dicho anteriormente, los parámetros observados son muy concretos, pues naciones con una alta adopción del coche eléctrico no salen muy bien paradas del estudio. Es el caso de las nórdicas, como Suecia (17ª con un 4,36), Noruega (20ª con un 4,03) o Dinamarca (29ª con un 3,47).