La sección sindical de UGT de la planta de Ford en Almussafes, que tiene la mayoría absoluta en el Comité de Empresa, ha alcanzado un acuerdo de competitividad con la dirección europea, para presentarlo a la matriz en Detroit (EEUU) y poder optar a la adjudicación de dos coches eléctricos, la única carga de trabajo que tiene pendiente de asignar el fabricante en el Viejo Continente y por la que también puja la factoría alemana de Saarlouis.
El pacto, que ha sido suscrito esta noche tras intensas negociaciones en la central de la marca en Europa en la localidad germana de Colonia, ha sido comunicado por esta central a través de un mensaje de Twitter, en el que indican que “en breve daremos a conocer los detalles”. La firma se ha producido justo en el límite que había estipulado la compañía a ambos centros de producción, el 27 de enero, para que, posteriormente, las candidaturas sean analizadas y se decida el destino de las inversiones el próximo junio.
Para la consecución del acuerdo, la filial española inició las negociaciones a comienzos de octubre y tras 12 reuniones, la última el 21 de enero, no consiguió ningún avance en sus pretensiones de consensuar alguna medida en tres pilares: reducción de costes salariales, extensión de la jornada de trabajo y aumento del número de días de trabajo por año. Lo único a lo que se había mostrado receptiva, después de renunciar a su petición de suprimir la revisión retroactiva de las nóminas conforme al IPC real fijada en el convenio, fue a buscar un marco laboral de una duración de cuatro o cinco años.
En el proceso negociador se vivió un antes y un después el pasado 24, cuando la empresa tras convocar un nuevo encuentro a primera hora de la mañana para las 15:00 lo desconvocó a falta de poco más de una hora para su celebración, debido a que Ford Europa había atendido la petición de reunión de UGT cursada a comienzos de enero, una cita que se ha producido hoy y que ha fructificado en un consenso.
Aunque no se ha desvelado su contenido, el sindicato mayoritario ya había adelantado que entraría a dialogar con el fabricante cuestiones en términos salariales, como la contención durante los primeros años del nuevo convenio para luego fijar una actualización del IPC. Asimismo, se habían mostrado a favor de hablar de medidas de flexibilidad condicionadas a la adjudicación de los vehículos y que solo entrarían en vigor en 2025, una vez arrancase su producción. Esta garantizaría la actividad del centro al menos 15 años.
Antes de partir a Colonia ayer, UGT publicó un vídeo en el que sobre las mencionadas bases apuntó que esperaba alcanzar un principio de acuerdo. “Vamos a pedir el apoyo y la máxima valoración de la plantilla”, expusieron los representantes del sindicato, que advirtieron que “de no conseguir el objetivo que perseguimos muy posiblemente nos veremos ante un problema para el que no habrá solución”. Y es que Almussafes solo tiene garantizada la producción del Kuga y del nuevo motor de gasolina híbrido hasta mitad de década.
A priori, y como ha sucedido en negociaciones anteriores, el pacto debería ser sometido a referéndum entre la plantilla.