La nueva regulación de la electricidad, que establece tres niveles de coste y en el que las franjas más caras coinciden con el horario comercial, podría suponer, según estimaciones de Faconauto para La Tribuna de Automoción, subidas en la factura de la luz del 115% para un concesionario de tamaño medio-alto, que requiere un consumo de 400.000 kWh al año. En este, sentido se pasaría de un gasto mensual de 1.466 a 3.166 euros partiendo de un precio de 0,044 €/kW para el escalón más alto de 2020 y de 0,095 €/kW en el mismo para este ejercicio.
Desde la misma patronal apuntan a la climatización/calefacción, la iluminación y la propia actividad del taller como los principales demandantes de energía de las empresas del sector de la distribución.
Posventa, a la espera de las primeras facturas
Los representantes de los reparadores, Cetraa y Conepa, por su parte, se han mostrado más cautos en su estimación. Consideran que hay grandes diferencias entre tipos de centros, actividad, tamaños y ubicación geográfica. No han querido adelantar una cifra. Y esperarán a que lleguen los primeros recibos para hacer una valoración, pero coinciden en que «supondrá un golpe para la posventa». Asimismo, animan a sus asociados a que «se acojan a planes de autoconsumo, dada la actual evolución del sector».
Por tipo de taller, el portavoz de la Junta de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), José Manuel Rodríguez-Carretero, comentó que en cuanto a los de electromecánica «el impacto será menor porque las instalaciones son más pequeñas y la climatización, iluminación y equipamiento son más ajustados».
Cosa muy distinta sucederá con los de carrocería y pintura, donde «las cabinas de pintado emplean turbinas —suelen tener al menos dos— para mantener el aire del interior limpio, a lo que se suma la iluminación y el proceso de secado, basados en motores de gasóleo pero que también se apoyan en la red».
En relación a las variaciones territoriales, los centros del sur de España, con el habitual calor, no requieren de tanto uso de energía para el proceso de secado mientras en el norte, con días más lluviosos y fríos incluso en verano, han de intensificar este trabajo lo que encarece la factura.
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