El secretario general de Industria y Pyme, Raül Blanco, ha cifrado en más de 1.000 millones de euros el coste que tendría para Nissan cerrar la fábrica de Barcelona, frente a los 300 millones que debería invertir para ejecutar un nuevo proyecto.
En una rueda de prensa digital, Blanco ha señalado que las administraciones españolas llevan un año y medio trabajando en un proyecto industrial que consistiría principalmente en traer la plataforma de vehículos eléctricos pequeños de Nissan al centro de Zona Franca, una competición en la que, "inicialmente, no estaba Barcelona".
En esa nueva iniciativa, tanto el Ayuntamiento de Barcelona, como los gobiernos regional y central, habrían planteado no solo incentivos financieros, sino también en formación, innovación y logísticos para amortiguar esa inversión de 300 millones que tendría que realizar la compañía.
Sin embargo, Blanco no ha facilitado una cifra porque "depende del nivel de formación y de innovación" que tuviera el proyecto, pero ha subrayado que sería "la máxima" posible dentro del mercado comunitario,
En caso de que Nissan decida abandonar Cataluña ha perseverado que les es "más barato invertir que marcharse", puesto que tendrían que hacer un desembolso de 1.000 millones de euros, solo en costes contractuales y laborales, "a los que habría que sumar "los reputacionales y de imagen".
"La salida no sería no fácil, ni amistosa, ni pacífica"
Asimismo, el secretario general ha adelantado que no tendrían una salida "ni fácil, ni amistosa, ni pacífica" por parte de las administraciones, desde la municipal al máximo nivel europeo. "Cerrar le va a salir carísimo", ha insistido.

A los costes laborales, el Ejecutivo trataría de incrementar aún más la factura, por ejemplo con el alquiler de los "terrenos" e incluso en "materias medioambientales". Además, pedirían que devolvieran las ayudas públicas facilitadas, siempre que se acogiera a derecho, aunque en los últimos ejercicios no han recibido por no haber hecho inversiones.
El nº 2 del Ministerio de Industria ha defendido que el Gobierno español --que ha contado con el apoyo del Parlamento y la Comisión Europea-- han mantenido el diálogo con Nissan a todos los niveles, español, europeo y de la sede central con Japón.
En este sentido, ha insistido en que no hay ninguna confirmación oficial del cierre de la factoría, pero que si la hubiera iban a seguir luchando para evitarlo "sin cambiar la actitud".
El secretario general, que ha cifrado en 30.000 los empleos directos e indirectos que genera Nissan, ha recordado que la multinacional japonesa se encuentra en "una situación global que no es muy positiva", agravada por el coronavirus, pero que cerrar Barcelona solo serviría para perjudicarla aún más.
Blanco también se ha mostrado decepcionado porque la compañía "no ha invertido en los últimos 10 años, la planta está como antes" de la e-NV200". Un hecho que ha lastrado el futuro de Zona Franca porque es "plenamente competitiva si se le dota de inversión y carga de trabajo".
De hecho, ha aclarado que la inversión para la planta de pintura, por la que se recortó la plantilla en 600 operarios, anunciada hace un año no se había puesto en marcha.
Por otro lado, el secretario general ha valorado la propuesta de CCOO de convertir Nissan Barcelona, que se encuentra parada desde el 6 de mayo por huelga, en un hub para vehículo eléctrico.
Todo el proyecto de Nissan en España, en juego
Respecto a la situación de los otros dos centros de Nissan en España, el de Ávila y el de Los Corrales de Buelna (Cantabria), el secretario general de Industria y de la Pyme remarcó que desde las administraciones se está trabajando para garantizar el futuro "en su conjunto" de las instalaciones del fabricante nipón en España y que, en el caso de que la compañía optara por el cierre de Barcelona, habría que ver qué pasa con el resto de centros.
No obstante, añadió que la planta abulense ya tiene en marcha un proyecto que se concibió hace dos años --de producción de piezas de chapa para la Alianza-- y que la cántabra se trata de una fundición que desarrolla actividad para Renault como Nissan, unas circunstancias que las situarían en un escenario diferente.
