Ante la inevitable acumulación de vehículos sin superar la inspección técnica que supondrá el estado de alarma –según cifras de AECA-ITV, cada mes supone que no se realizan 2,5 millones de exámenes–, el órgano de representación de los centros propuso expandir los horarios para poder hacer frente a la nueva carga de trabajo y resumir la normalidad lo más rápido posible.
Sin embargo, ampliar las jornadas diarias y añadir los domingos como laborables genera una problemática nueva, especialmente en un sector estrechamente vinculado a la regulación administrativa como son las ITV, que dependen, en función de la región, de su Gobierno autonómico, con más o menos independencia.
En concreto, AECA prevé que los meses de junio a septiembre verán un aumento en sus operaciones de unos dos puntos porcentuales por mes, lo que supone un incremento de un 26,5% de media respecto a los meses estivales de 2019, unos 625.000 coches más.
En las propuestas que envió la asociación al Ministerio de Industria, cartera de la que dependen en última instancia las inspecciones, se incluían el establecimiento de unas prioridades a la hora de pasar el examen en función del tipo de vehículo. Así, los más importantes, que habrían de superarla en junio, son los autobuses, camiones, remolques de carretera y los turismos del sector empresarial, que incluye a taxis y VTC.
Los particulares la pasarán en función de su fecha de vencimiento, comenzando por aquellos que lo tuvieran previsto durante la primera semana del estado de alarma, entre el 16 y el 23 de marzo. De momento, el único pronunciamiento oficial fue el Real Decreto 463/2020, con el que comenzó la suspensión de actividades económicas. En él, se establecía una moratoria de 60 días tras la vuelta a la normalidad para acudir a la ITV.
Para hacer frente al volumen de exámenes que habrán de realizar los centros, AECA considera que será necesaria la contratación de personal cualificado. Sin embargo, el RD 920/2017, que regula la inspección, establece unos mínimos de cualificación –Grado Superior en Automoción– y de formación específica –120 horas, que se traducen en tres semanas laborales– para poder trabajar en una estación. La asociación solicita que se flexibilicen estos requisitos, que habrán de ser cumplidos para el 30 de septiembre, para expeditar el trabajo. Además, proponen que cada dos horas de labor se convaliden en una lectiva.
Por otra parte, proponen que los centros puedan modificar sus propios horarios sin el permiso formal de sus gobiernos autonómicos y, así, evitar frenos burocráticos.
Estos dos últimos puntos han sido recibidos negativamente por UGT-FICA, según han comunicado a La Tribuna de Automoción. El sindicato asume que medidas así acarrearán abusos para las plantillas de las ITV, y proponen que se pacten mínimos de seguridad en el trabajo. Sin ellos, afirman, “no se harán las inspecciones. Que se tomen todas las prórrogas necesarias”.
Siguiendo la línea de otros protocolos sectoriales en los que han colaborado, la organización de trabajadores ha publicado unas guías para los operarios que recomiendan para garantizar una labor higiénica, minimizando los riesgos. El documento ha sido remitido a Industria, que determinará la fecha de reanudación de las inspecciones, así como sus requisitos de apertura.
Hasta que no se publique la orden ministerial, los centros no tienen una fecha clara de apertura. Desde AECA confirman que estaba prevista para esta semana, si se quería volver el 11 de mayo, pero todavía no ha sido publicada. De momento, los centros están preparándose de forma heterogénea con equipos de protección individual y medidas de higiene, pero, en palabras de Guillermo Magaz, director gerente de la asociación, “hasta que no tengamos las instrucciones claras, solo podremos avanzar a ciegas”.