Uno de los principales objetivos de Faconauto para 2020 es crear una regulación para el mercado de la distribución de automóviles. Así lo puso de manifiesto su presidente, Gerardo Pérez, en un Mesa y Mantel con La Tribuna de Automoción.
La federación de concesionarios mantuvo en diciembre una reunión con Anfac, los representantes de los fabricantes de automóviles, y, según Pérez, “hubo un compromiso de abordarlo de manera conjunta”.
La patronal pone encima de la mesa “un acuerdo de mínimos” con tres aspectos “innegociables”: un fondo de comercio para proteger los concesionarios ya consolidados en una zona; que las marcas sean las responsables de indemnizar al personal de la concesión en caso de cancelación unilateral del contrato; y la protección de las inversiones no amortizadas. “El resto de cuestiones”, apuntó, “podrán resolverse en otros foros”.
Abordar el reto junto con Anfac está en la hoja de ruta de Faconauto. Si los fabricantes no estuvieran dispuestos, “podemos ir solos y activar la vía política”, según Pérez, que añade que cuentan con el respaldo de todos los partidos. “No sería la primera vez”, mencionó, en referencia a la ley de Distribución que fue truncada en 2011.
Dos planteamientos frente a los límites de emisiones
Para Faconauto, existen dos maneras de actuar para los fabricantes respecto a los límites de CO2 establecidos por la Comisión Europea. La primera de ellos es trabajar de forma conjunta con sus redes de distribución para cumplir con la media de 95 gramos y evitar las sanciones. La segunda es “trasladar el problema hacia abajo, fijando cuota de ventas de cada tecnología”.
El segundo caso es el que “mayoritariamente” se está produciendo, “penalizando directamente o quitando remuneración variable si no se alcanza el objetivo”. Para el presidente, bajo ninguna condición se debería trasladar la multa a las redes comerciales, porque venden los productos que les son suministrados.
Para cumplir con los objetivos, las marcas primarán más la venta de los vehículos menos contaminantes a través de incentivos a sus concesionarios; y también limitarán los descuentos disponibles para algunos motores, especialmente los de gasolina, en opinión de Pérez. Sin embargo, concluyó: “Habrá que ver si conseguimos pasar de una media de 116 gramos [en 2019] a una de 95…”