Alberto Gutiérrez Molinero/ Madrid
La huelga indefinida en la fábrica de Valeo Martorelles, convocada por la intención de la empresa de trasladar la producción en la planta a Zaragoza, no está afectando a sus clientes. Según han informado fuentes del sector a La Tribuna de Automoción, el fabricante de componentes está importando las piezas necesarias de sus fábricas en República Checa y en Japón, lo que podría suponer una vulneración en el derecho de huelga de los empleados.
Así lo creen, de hecho, los trabajadores, van a presentar una demanda por esta situación al organismo competente de la administración, según fuentes sindicales, que consideran que ésta es una nueva afrenta de la empresa a los empleados, después de que el anuncio del traslado se hiciera un día antes de las vacaciones de verano.
Dudas sobre Zaragoza
Desde entonces, la plantilla está en huelga y movilizada, por lo que consideran el cierre encubierto de la planta, ya que pocas semanas antes del anuncio, una auditoría interna del grupo situó a la fábrica catalana entre las cinco más competitivas.
Además, el traslado a Zaragoza no ofrece garantías, según fuentes sindicales. La planta aragonesa está saturada con 450 empleados, lo que difícilmente permitiría albergar a otros 250 procedentes de Martorelles.
Tampoco parece clara su supervivencia a medio plazo. El año pasado, la fábrica registró unas pérdidas de 2,4 millones de euros, una situación que podría agravarse en los próximos ejercicios. En 2016, la planta comenzará a perder parte de su producción, cuando dejará de fabricar un intercambiador de aceite, mientras que en tres años también perderá uno de sus principales productos, un refrigerador de tubos de escape, que será desarrollado en Zaragoza pero, previsiblemente, se producirá en República Checa, China y México, pero no en España.
El Comité de empresa ha anunciado una próxima visita a la planta aragonesa, donde se reunirán con la plantilla y los representantes de los trabajadores de allí para explicar su situación.
