La directora de la DGT, María Seguí, mantiene que la «gestión inteligente de la velocidad», en el año 2015, debe traducirse en una velocidad variable, dependiendo del tipo de vía y de las circunstancias del tráfico, meteorológicas y de la siniestralidad histórica de un punto en concreto.
Así, en el I Foro Ducit organizado por el RACE, «Los cambios en los límites de velocidad», María Seguí ha defendido los nuevos límites de velocidad variable, que se establecerán en el Reglamento General de Circulación que desarrolla la Ley de Tráfico y Seguridad Vial de mayo de 2014 y que, según sus palabras, en «brevísimos meses» podremos experimentar «en nuestras carreteras».
Estos límites establecen, entre otros puntos, un aumento de la velocidad máxima de 120 a 130 km/h en aquellos tramos de autopistas con un buen trazado y altos índices de seguridad, y en unas condiciones meteorológicas favorables. En una primera evaluación, se estima que serían 1.500 kilómetros de la red viaria española los que se verían afectados por este cambio.
Por otro lado, el nuevo reglamento rebaja la velocidad de 100 a 90 km/h en aquellas vías secundarias que tengan marcas viales longitudinales de separación entre sentidos y de delimitación de la calzada. En este sentido, la directora de la DGT señaló que «somos uno de los pocos países donde la velocidad en las carreteras convencionales está en niveles tan altos».
Velocidad variable, oportunidad histórica
Seguí afirmó que la velocidad no es el único factor responsable «ni de la movilidad, o falta de movilidad ni de la siniestralidad o seguridad vial», pero, según la directora, «es determinantemente relevante». Y cree que esa gestión inteligente de la velocidad acabará redundando en todos los usuarios.
En este primer Foro Ducit, Seguí aclaró que hay muchas cuestiones que desde la DGT están ejecutando a fin de ir introduciendo ese concepto de velocidad variable, como que los autobuses podrán circular a una velocidad u otra dependiendo de si llevan o no cinturones de seguridad. «El objetivo es que cada circunstancia, cada vehículo y cada momento tiene que ser incentivado hacia negativo o positivo», aclara la directora, para quien «existe una oportunidad histórica magnífica de presentar esa variabilidad en ambas direcciones», subiendo o bajando la velocidad.