Laura Menéndez / Madrid
Se cumple un siglo desde la primera línea de montaje móvil inventada por Ford Motor Company, que supuso una contribución mundial en el sector de la fabricación de automóviles. El objetivo de la marca, con la puesta en marcha de este nuevo proceso revolucionario, era reducir costes, tiempo y mano de obra.
En este sentido, el fabricante norteamericano consiguió recortar el tiempo de fabricación de un vehículo de 12 horas a 90 minutos y hacer accesible para un ciudadano medio la compra de un coche. Por ejemplo, con el Modelo T lograron bajar su precio de 850 dólares a 300 en el mercado estadounidense.
Actualmente, Ford está expandiendo sus capacidades de fabricación. El propósito de la compañía para 2017 es incrementar la producción global flexible para producir una media de cuatro modelos diferentes en cada planta por todo el mundo. “Estamos acelerando nuestros esfuerzos para estandarizar la producción, hacer las fábricas más flexibles e introducir tecnologías para construir de manera eficiente los mejores vehículos posibles al mejor precio”, afirma el vicepresidente ejecutivo de Fabricación global de Ford, John Fleming. El constructor también proyecta que el 90% de sus plantas en todo el mundo funcionen con un sistema de tres turnos, lo que impulsará el desarrollo de la producción más de un 30%.
Ford mantiene a un total de 130.000 empleados por todo el mundo. Así mismo, ha conseguido alcanzar los seis millones de automóviles fabricados en 2013, es decir, 16 vehículos cada 60 segundos.