Carlos Olmo / Madrid
El Plan de Impulso al Medio Ambiente (PIMA Aire), el incentivo a la venta de vehículos comerciales e industriales, ha recibido un total de 7.803 solicitudes de reserva en los cinco meses que lleva en vigor, lo que supone el uso de 11.580.000 euros, de los 38 millones presupuestados.
Así, según los datos a los que ha tenido acceso esta publicación y que datan del 24 de julio, sólo ha consumido el 30,47% de los fondos. El ritmo de reservas dista mucho del que está viviendo el Plan PIVE, que va ya por su tercera edición.
Las previsiones del Gobierno pasaban por una renovación de la flota de entre 35.000 y 50.000 vehículos, lo que tendría un impacto económico de 140 millones de euros sobre la economía española y una generación de empleo de en torno a los 700 trabajadores.
Pero el devenir del plan está yendo más lento de lo esperado, teniendo en cuenta que en el ecuador del incentivo (finaliza el 31 de diciembre de 2013 o hasta que se agoten los fondos) apenas se ha agotado la tercera parte del presupuesto.
El programa está orientado a pymes y autónomos, y concede ayudas de 2.000 euros a aquéllos que adquieran un vehículo de hasta 2.500 kilogramos (mil euros el Gobierno y mil las marcas); o de 4.000 euros para quienes compren un industrial o comercial de más de 2.500 kg (2.000 el Gobierno y otros 2.000 las marcas). La condición es dar a cambio un vehículo de hasta 3.500 kg, de un mínimo de siete años de antigüedad. En estos incentivos, además, también se incluye la compra de vehículos seminuevos de hasta un año.
El objetivo del Gobierno con estas ayudas es la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera teniendo en cuenta el alto poder contaminante de este tipo de vehículos, que no obstante ha evolucionado tecnológicamente en los últimos años, recortando de forma importante sus emisiones.