Ignacio Anasagasti / Madrid
La dirección de la fábrica de Mercedes en Vitoria ha comunicado hoy al Comité de Empresa la reducción del programa productivo para este año, pasando de 76.150 unidades (las mismas que se produjeron en 2012) a 72.900, según han confirmado a La Tribuna de Automoción fuentes sindicales.
Este recorte productivo se asumirá adelantando el fin de la novena hora en el turno de tarde (implantada desde el 4 de marzo) a mediados de julio, cuando "estaba previsto que estuviera presente todo el año", y con la reducción de seis a tres sábados de producción, que tendrán lugar en abril, junio y julio.
A pesar del descenso previsto de 3.250 furgonetas en 2013, la fábrica va a aumentar a partir de mayo la cadencia de producción hasta 402 unidades al día frente a las 340 que se están montando en abril. Este incremento del ritmo productivo, que “se mantendrá hasta 2015”, se ha decidido por temas formativos para preparar a la plantilla al ensamblaje del nuevo modelo con ese volumen.
Nuevas contrataciones
Por otra parte, la dirección ha confirmado que se van a contratar “hasta 280 nuevos empleados eventuales”, con un contrato de dos meses de duración, para que trabajen en el desarrollo de los prototipos de la VS20 y en producción. Fuentes sindicales han señalado que “ya ha empezado la contratación” y que estos trabajadores serán nuevamente contratados después de septiembre después de que se reinicie la actividad en la planta tras el parón realizado para terminar las obras de la nueva furgoneta.
El escenario productivo para Mercedes Vitoria hasta el cierre de ejercicio sigue siendo incierto. Fuentes sindicales indican que en septiembre la entrada de pedidos podría estar “muy por debajo” de la que hay ahora, ya que, según explican, en estos momentos “es ficticia” porque muchos concesionarios están acumulando stock ante los cierres previstos por obras.
En caso de que se confirmase ese descenso, habría que revisar de nuevo el calendario de producción por debajo de las 72.900 unidades, lo que podría suponer la necesidad de recurrir a un ERE por motivos productivos.