Pablo M. Ballesteros / Ignacio Anasagasti / Madrid
El ultimátum en la fábrica de Nissan en Barcelona, fijado el 14 de diciembre, para modificar las condiciones laborales a cambio de la adjudicación de un nuevo vehículo de pasajeros ha terminado sin que haya ningún acuerdo entre los trabajadores y la empresa. Después de una reunión que comenzó ayer a las cuatro y media de la tarde y que se prolongó hasta la media noche, los sindicatos han rechazado los planteamientos ofrecidos por la dirección señalando que son "imposibles" de asumir, según han informado a La Tribuna de Automoción fuentes sindicales.
A pesar del desacuerdo, ambas partes se han citado para el próximo lunes con la mediación de la Generalitat para tratar de alcanzar un consenso in extremis, ya que el martes la filial española tiene que presentar una oferta definitiva a Japón.
El motivo fundamental del desencuentro está relacionado con los trabajadores eventuales. En las primeras reuniones, Nissan, a cambio de un pacto, ofreció convertir 300 eventuales en fijos, según fuentes sindicales. Posteriormente, señaló que pasarían a ser fijos con un sueldo de 25.500 euros anuales. Y la última propuesta consiste en que como en "2013 no hay mucha carga" es necesario prescindir de los 300 eventuales (120 hasta marzo de 2013 y 200 en los meses restantes) el próximo año para volver a contratarlos en 2014 con un salario de 25.500 euros. Actualmente, la mayoría de los trabajadores cobra alrededor 32.500 euros.
Otro punto de discordia para los sindicatos ha sido la reducción del salario de entrada para los nuevos trabajadores que queda fijado en 19.000 euros anuales durante los dos primeros años y medio de contrato. Otro aspecto conflictivo es el establecimiento de una doble escala salarial, por la cual los empleados cobrarían 25.500 euros anuales cuando lleven cinco años en plantilla, para igualarlo a los sueldos de Renault.
La dirección de Nissan, además de pedir que se igualen los ingresos de los operarios de Barcelona con los de Renault, quiere que en la planta catalana se trabajen las mismas horas que en Valladolid, Palencia y Sevilla. Por este motivo, los empleados de la marca japonesa tendrían que acudir a sus puestos 69 horas más a lo largo del año.
Para ello tendrían que trabajar dos días más pasando de las actuales 218 jornadas a 220, se eliminaría una pausa de las cuatro que tienen de diez minutos, y se reduciría el tiempo del bocadillo. Los sindicatos se quejan de que estos descansos de diez minutos son fruto de que trabajan más rápido saturando el tiempo que están en la línea de montaje.
Además, la empresa quiere que la fábrica permanezca dos días más abierta, pasando de las actuales 225 jornadas a 227, un punto en el que no hay oposición por parte de las centrales sindicales. En flexibilidad, se plantea la creación de una bolsa de trabajo de más/menos 25 días, por la cual si un empleado trabaja el sábado, la empresa devolverá la jornada cuando lo considere oportuno. En este punto, no hay tanto desencuentro.
En caso de que se alcance un acuerdo para modificar las condiciones laborales se adjudicará un “vehículo de pasajeros” para la planta catalana que será anunciado “la próxima semana”.