Alberto Gutiérrez Molinero/ Madrid
El gasto de las flotas de vehículos es uno de los tres más importantes de las empresas. Por eso, en un contexto económico negativo como en el que nos encontramos, los altos directivos han decidido tomar el control de los gastos y dirigirlo hacía la adquisición de vehículos destinados a fines exclusivamente comerciales. Estas son algunas de las conclusiones que revela la última edición del Barómetro del Vehículo de Empresa (CVO) promovido por Arval, compañía de renting del Grupo BNP Paribas.
El estudio, realizado entre más de 4.800 gestores de flotas de pymes y grandes empresas en dieciséis países, determina las tendencias actuales y futuras sobre los coches de empresa.
Una de las principales conclusiones es que el 84% de los altos directivos españoles han decidido implicarse directamente en las políticas de control de los vehículos de empresa, frente al 63% del año pasado. Además, si hace un año el 16% de los responsables de flotas eran los encargados de fijar esta política, en 2012 apenas el 1% sigue desempeñando esa responsabilidad.
Una de las consecuencias de este cambio es que los directivos esperan que este año se reduzcan las flotas un 2%, mientras que el 27% cree que la presión sobre los costes en esta partida va a aumentar.
La otra gran consecuencia es que los directivos parecen muy concienciados en enfocar la flota de su empresa a fines comerciales. En concreto en 2012, seis de cada diez vehículos de empresa están destinados a actividades de venta y reuniones, mientras que el 30% estarán destinados al transporte.
La fórmula del vehículo de incentivo, como retribución de los trabajadores, supondrá este año apenas un 2%, la mitad que hace un año. Este dato contrasta con el de Europa, donde el 13% de la flota de empresa va dirigida al vehículo de incentivo.
Cambios en la movilidad
Además, las empresas cada vez más se plantean cambios en la movilidad para reducir costes y aumentar la eficacia de sus flotas. Por ejemplo, el 31% de las empresas españolas se plantea medidas de ahorro más allá de la reducción de flotas, como el coche compartido o el car pooling.
De hecho, el 11% reconoce tener ya incorporadas fórmulas de conducción compartida. El año pasado lo había implementado el 10% y sólo el 4% lo tenía previsto.
Los cambios en la movilidad no alcanzan, sin embargo a la financiación de la flota ni al tipo de vehículos adquiridos. Aunque las empresas de renting han tratado de acercarse a pymes y autónomos, lo cierto es que este método sólo es mayoritario entre las grandes empresas. En 2012 supuso ya un 61%, frente al 59% de 2011, mientras que el leasing cayó del 20% al 17% en 2012.
Según el director del CVO, Alejandro Madrigal, las pymes aún tienen mentalidad propietaria, muy arraigada en España, de pensar que lo que yo hago será mejor que si lo hace otro. De esta manera, el 37% de los coches de empresa de las pymes es por compra directa, mientras que el renting supone apenas un 16%
Vehículo eléctrico
En cuanto al vehículo eléctrico, sólo el 21% de los directivos considera que podrían ser usados en algún área de su empresa. Este dato contrasta con el de hace un año, cuando era un 50% el que opinaba que sí tendrían cabida en su empresa.
