Alberto Gutiérrez Molinero/ Madrid
Si el mercado de vehículos comerciales e industriales arrancaba el año con retrocesos por debajo del 20%, después de cinco meses, las matriculaciones en ambos segmentos están ya muy cerca del 25% de retroceso.
En mayo, las matriculaciones de vehículos comerciales ligeros volvieron a caer, con un retroceso del 26,6% y apenas 7.000 ventas. Con estos datos, el volumen acumulado del año se queda en apenas 35.000 unidades, lo que supone una caída del 24,4%.
Todos los canales de este segmento sufren un retroceso en las ventas tanto en mayo como en el acumulado de 2012. El canal de empresa registró un retroceso en mayo del 27,8%, lo que sitúa el acumulado del periodo enero-mayo en una caída del 25,2%.
El canal de autónomos no va mucho mejor, con un retroceso del 20,1% y apenas 8.811 unidades matriculadas. El rent a car se suma a las pérdidas y acumula un 27% de descenso en lo que va de año.
En cuanto al tipo de vehículo, destaca por lo negativo el mercado de los derivados del turismo, con una caída de un 38,2% en mayo, mientras que las ventas de camiones de entre 2,8 y 3,5 toneladas retrocedió en mayo un 34,7% y acumula entre enero y mayo un descenso del 44,5%, con 1.666 unidades vendidas, poco más de la mitad de los vehículos matriculados el año pasado.
Vehículos industriales
En cuanto al mercado de vehículos industriales, la caída en mayo fue dura, con un 35,2% menos de matriculaciones que en el mismo mes de 2011. Este retroceso eleva la cifra del acumulado del año a un descenso del 24,2%.
También en este segmento, todos los tipos de vehículos caen en mayo y también en el acumulado del año. Destaca especialmente el mercado de los vehículos pesados rígidos, que acumula una caída del 49,6%, mientras que los tractocamiones son los que mejor resultados registra con un retroceso de apenas un 12,9% en 2012, a pesar de que en mayo cayó un 31,9%.
Según una comunicado conjunto de las dos asociaciones de fabricantes españolas, Anfac y Ganvam, estos datos se explican en parte por la falta de actividad industrial, el alto nivel de desempleo y el difícil acceso a la financiación. La consecuencia directa es el envejecimiento del parque de comerciales y de camiones, lo que supone un aumento del riesgo en la seguridad vial.