latribunadeautomocion.es / Madrid
El Gobierno francés afirmó que velará para que la auditoría que ha pedido sobre el falso caso de espionaje de Renault, que según la investigación judicial habría sido una estafa, dé lugar a “reformas de organización” y “responsabilidades individuales”.
Los ministros de Economía, Christine Lagarde, e Industria, Éric Besson, determinaron que la auditoría debe “aportar elementos precisos a corto plazo para identificar los errores o las faltas eventuales en el proceso de decisión y de gestión en este caso”.
Carlos Ghosn, que el pasado lunes pidió perdón a los tres directivos a los que la empresa había despedido, siendo acusados de haber participado en una operación de espionaje para vender informaciones estratégicas sobre los planes de la compañía en el vehículo eléctrico.
La auditoría se va a llevar a cabo a iniciativa del Estado francés, que cuenta con una participación del 15% en la marca, que hacen de él su primer accionista.
Por otro lado, en su encuentro con Ghosn, los miembros del Gobierno hablaron de los “objetivos ambiciosos” del grupo, que prevé “aumentar significativamente la producción de vehículos en Francia” respecto a los 637.000 automóviles que salieron de sus cadenas de montaje en 2010.
Lagarde y Besson también advirtieron a Ghosn de su presencia para que Renault no deje de tratar “cuestiones de recursos humanos” como “el empleo”, “el clima social” o “la diversidad”.
