MARIANO COLLADO
Aludo a la deriva del PNV, pero no es mi intención personalizar las críticas sobre una formación política concreta, ya sea nacionalista o centralista, de izquierdas o de derechas, progresista o conservadora...
Sólo se trata de ilustrar con un ejemplo reciente cómo los partidos se colocan al sol que más calienta, en función de intereses más que cuestionables y sin tener consideración alguna sobre las repercusiones que sus actos pueden tener sobre la ciudadanía.
Situémonos. Congreso de los Diputados. 27 de abril de 2010. El Pleno debate sendas proposiciones no de ley presentadas por los grupos popular y catalán, con las que se pretende instar al Gobierno a prorrogar el Plan 2000E de ayudas directas a la adquisición de automóviles. La propuesta sale adelante, pese a la oposición del Grupo Socialista, gracias, entre otros factores, al apoyo del PNV, que vota a favor.
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