Elisabet Anglada / Barcelona
“En estos momentos el vehículo eléctrico está como en los inicios de la informática, los fabricantes viven de vender coches diésel y de gasolina y es un sector al que hay que dar tiempo”, afirmó Lluís Gómez, responsable del proyecto Live, una plataforma impulsada desde el Ayuntamiento de Barcelona para dar a conocer la electromovilidad al ciudadano.
Aunque desde el consistorio catalán son conscientes de que cambiar de un sistema a otro no se hará en dos días, los esfuerzos para aproximar esta realidad sostenible a los ciudadanos no son mínimos. Barcelona cuenta desde hace un mes con una oficina de atención ciudadana, denominada Punt Live, para la tramitación de una tarjeta de recarga gratuita. Y es que en toda la ciudad ya hay 88 puntos en pleno funcionamiento y se espera llegar a los 250 en el primer semestre de 2011.
El hecho de que el sector de la automoción tenga un peso destacado en Cataluña es uno de los motivos que ha empujado a la ciudad de Barcelona a querer convertirse en un referente en el ámbito de la movilidad sostenible. Así lo manifestaron todos los ponentes de la jornada sectorial sobre el eléctrico que se celebró ayer en la sede de BarcelonaActiva, entre los que había representantes de centros tecnológicos, eléctricas y automovilísticas.
SEAT, sin prisas
En el marco de este encuentro, el gerente de Relaciones Institucionales de SEAT, Carlos Romaní, afirmó que el tema del eléctrico se ha tomado como una carrera de velocidad o una maratón. “Las marcas francesas quieren ser las primeras mientras que nuestro grupo no tiene ninguna prisa ya que pensamos que lo importante es llegar”, afirmó Romaní que también añadió “que un producto debe salir cuando ya hay un grado de maduración”.
En este sentido, el directivo expresó también las discrepancias de la automovilística con el plan Movele impulsado por el Ministerio de Industria. “Primero hay que apoyar un desarrollo tecnológico y luego estimular la compra de eléctricos; el gobierno ha empezado al revés”, aseguró Romaní. De esta forma, “se está confundiendo al usuario ya que es primordial que el producto y la infraestructura vayan de la mano”, concluyó.