Tenía un duro reto ante sí, devolver a Seat al lugar que le corresponde en el segmento de las berlinas y todo ante una competencia muy renovada en los últimos meses, y con un pequeño ‘handicap’, la plataforma que utiliza es la misma que ya utilizara la última serie del Audi A4. Pero por erróneo que pueda parecer el titular, lo cierto es que el nuevo Exeo rinde a gran altura, y no sólo te da lo que esperas de él sino que sorprende por momentos en su rendimiento, comportamiento y prestaciones.
Los ingenieros de Seat tuvieron ante sí un gran reto en el momento en el que se decidieron a crear una nueva berlina y dar el cambio a la última generación del Toledo, un vehículo que nació con la intención de romper con la línea tradicional de este segmento, pero que fue un adelantado para su época. Sus formas no terminaron de cuajar en un mercado muy tradicional. Y eso que el vehículo sí que rendía, y prueba de ello son los numerosos taxis que se pueden apreciar a lo largo de la geografía española y que garantizan la fiabilidad, la seguridad y su comodidad. Así, desde los despachos de Martorell se decidió romper con el pasado y dar un paso hacia el futuro creando una nueva berlina que encajara con las pretensiones del mercado, aunque eso supusiera un paso atrás en la concepción del vehículo. De ahí salió el nuevo Exeo, una berlina amplia, cómoda y que rompe con el pasado, no se queda sólo en lo que el usuario puede esperar de este modelo, sino que lo supera.
Motorización diesel
La unidad probada en esta ocasión contaba con una motorización diésel de dos litros y 120 caballos de potencia, cambio manual de seis velocidades y terminación ST, es decir la terminación familiar. En honor a la verdad hay que decir que la motorización quedaba corta para el tránsito en ciudad, más lento en las reacciones de lo que se podía esperar, pero que una vez obtenía la velocidad de crucero se gustaba en su caminar, y mostraba la nobleza de la que hacen gala las motorizaciones germanas, además, de que la motorización cedida es la más bajas de las existentes en cuanto a diésel por lo que esta salvedad está superada con sus hermanos mayores.
El que la base sea veterana, cuenta con una plataforma que ya montó el Audi A4 en su generación anterior, no le desmerece. Rígido, que no duro, en sus suspensiones como todo vehículo del grupo Volkswagen, cuenta con una gran estabilidad tanto en recta como en curva, y traga las irregularidades del asfalto hasta el punto de que apenas sean perceptibles para los ocupantes. Además, su rigor en los muelles impide el exceso de movimiento del vehículo en los badenes y en las curvas, donde el vehículo se mantiene plano en su forma.
En cuanto a la motorización ya se ha comentado que queda algo corta para el peso del vehículo, pero muestra toda su nobleza cuando ya ha conseguido algo de velocidad, y su comportamiento y desarrollo se convierten en ideales una vez el vehículo transita a las velocidades habituales de las carreteras interurbanas, y en sus condiciones.
Con un diseño atractivo, sigue con la línea que ya creara el Ibiza hace dos años, aunque adaptado a dimensiones necesarias. Con un morro prominente, su frontal está colonizado por la S símbolo de seat, con unos faros alargados con forma picuda que confiere un aire deportivo y de deportividad. La unidad probada era ST, es decir el familiar tres volúmenes de gran maletero, y así, pese a todo, y gracias a las llantas montadas ese aire deportivo se mantenía pese a las connotaciones que tiene este tipo de vehículos.
Diseño práctico
En su interior, el diseño de sus mandos es simple y con un diseño no tan vanguardista como puede ser su exterior, aunque con eso se favorece la facilidad de utilización de sus mandos. Bien situados, uno asimila pronto su funcionamiento sin trucos ni vueltas para la consecución de lo que pretende.
La posición de conducción se podría definir como de lo mejor del mercado, con unos asientos envolventes cómodos para el conductor y pasajeros, así como de colocación ante el volante. Además, sus grandes retrovisores laterales, y la gran luna trasera, la cual deja mucho que ver al retrovisor central, permite el control de la trasera del vehículo tanto como lo que sucede a nuestro frente.
Y tema aparte es el maletero, un tragadero de maletas y bultos en el que mucho hay que meter para conseguir llenarlo puesto que en total son 442 litros los que puede almacenar.
El ST está disponible con siete motorizaciones diferentes, cuatro gasolina y tres diésel. En cuanto a las gasolinas, se pueden encontrar un 1.6 litros y 102 CV, un 1.8 litros de 150 CV y dos 2.0 TSI, el primero de 200 CV y el segundo con los mismos pero con una caja multitronic de siete velocidades. En cuanto a la gama de los diésel los tres son de dos litros, el primero con 120 CV, el segundo de 143 CV y el tercero 170 CV. / CARLOS OLMO.