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Mini One, urbano y divertido a la altura de su historia

Nos ponemos al volante del restyling de la tercera generación del Mini One, un modelo urbano que ha sabido mantenerse fiel a su historia pero también actualizarse según los cánones tecnológicos y de comodidad actuales.

Mini One, urbano y divertido, a la altura de su historia
Llega con tres variantes de carrocería: tres puerta, cinco puertas y cabrio, al que habría que sumar el eléctrico (5p).

Nos ponemos por primera vez al volante del restyling de la tercera generación del Mini One justo cuando cumple dos décadas en el mercado tras el relanzamiento de la firma por parte del Grupo BMW y solo podemos decir que este urbano, creado por Alec Issigonis, no solo cumple con las funciones para las que fue concebido allá por la década de los 50 sino que, además, se ha reconvertido en uno de los modelos más apropiados para la ciudad y más divertidos de conducir lejos de nuestras calles.

Eso sí, los tiempos han cambiado, nos hemos acostumbrado a nuevos estándares de espaciosidad, las plazas delanteras se muestran impecables en este aspecto no así las traseras mientras que el maletero se queda algo corto —278 litros en el acabado cinco puertas, 211 en el de tres y 215 en el cabrio—, por lo que, dependiendo del tipo de uso que se le vaya a dar, puede ser el modelo perfecto para nosotros o quedarse demasiado justo en algunos parámetros.

Retoques minimalistas

Novedades estéticas del Mini One
La parrilla crece aunque el interior adquiere el tono de la carrocería y el marco queda en negro.

Las novedades se descubren rápido con el primer vistazo al coche, aunque mantiene la estética que le ha llevado al éxito desde que renació hace veinte años y que ha sabido perpetuar en sus tres generaciones de vida. En el frontal, la parrilla gana en tamaño aunque pierde el tono cromado de antaño para teñirse con el color del resto de la carrocería mientras que el marco queda en negro. Además, y quizás como principal novedad, los antiniebla desaparecen de la parte inferior del paragolpes para integrarse en los faros que, a su vez, añaden la tecnología led de serie para toda la gama.

En el lateral mantiene las proporciones aunque incorpora los intermitentes a los pasos de rueda, estos de material plástico reciclado. Y, en la trasera, el escape queda centrado en el paragolpes, el cual también acoge la tercera luz de freno, a lo que suma que en las ópticas se establece de partida la bandera de la Union Jack británica en las ópticas.

Una trasera muy reconocible
Diversas novedades llegan a la zaga, como la centralización del escape o la aparición de la Union Jack de serie en los grupos ópticos.

En el interior se despliega la instrumentación digital como opcional, mientras que la pantalla central, enmarcada en el tradicional círculo en mitad del salpicadero, crece desde las 6,5 pulgadas hasta las 8,8. También se ha reformulado el volante, ahora con un mejor tacto y agarre, y los asientos, con nuevas opciones de tapizados y una buena postura corporal. En el listado de puntos a mejorar se mantiene el tamaño de los retrovisores, algo de suma importancia en la conducción en ciudad, especialmente en una urbe de gran tamaño en hora punta.

El Mini One da un paso adelante en el mundo digital. Incorpora nuevos detalles de control a su aplicación Mini app donde, no solo se podrá conocer si las puertas están abiertas o cerradas o la autonomía según el nivel de carburante, ahora suma ayudas para el recorrido de última milla como la disponibilidad de parking y el precio de este además de algunas funciones de Alexa.

La segunda aplicación es Mini sharing, un proyecto que se probó en España y que ahora se lanza a nivel internacional. Mediante esta, uno puede poner a disposición de hasta diez personas su coche, las cuales podrán reservar su uso por un tiempo y un precio establecido.

Mecánicas que inspiran deportividad

Cinco opciones mecánicas
Hasta cinco opciones mecánicas se disponen en oferta, que varían entre los 102 y los 231 CV.

El Mini One se lanza con cinco mecánicas, cada una rebautizando al modelo. Entre los gasolina se encuentra el Mini One cuenta con una mecánica tricilíndrica de 1,5 litros y 102 CV, el Mini Cooper repite propulsor aunque eleva su potencia a 136 CV, el Mini Cooper S ya incorpora un corazón de cuatro cilindros y dos litros que responde con 178 CV y el Mini One John Cooper Works mantiene el mismo órgano aunque incrementa el nivel hasta los 231 CV. Todos se proveen de una caja de cambios manual de seis relaciones, salvo el último que deja en opción una automática de ocho.

Como última opción queda el Mini Cooper SE que habla en modo eléctrico con un generador de 184 CV y que procura una autonomía de 234 km.

En cuando a los precios, desliza una factura de partida de 22.300 euros, para el Mini One, mientras que el Mini One SE muestra una tarifa de 34.200 euros sin descontar las ayudas disponibles para vehículos ecológicos.

En movimiento

Interior tradicional y vanguardista
El interior recibe diversos retoques, algunos no tan sutiles como la pantalla central que crece hasta las 8,8 pulgadas.

El modelo ofrece todo tipo de facilidades desde los primeros kilómetros. Uno encuentra pronto su postura de conducción y todos los mandos están muy a mano, por lo que desde el inicio todo lo que uno necesite lo empleará de manera intuitiva. Su corto tamaño, 3,86 metros, permite moverse con alegría entre el tráfico y solo en las variantes de menos potencia echaremos en falta algo de nervio, especialmente en algunos momentos en los que se requiere de un empuje extra. Pero solo será en esas situaciones. Los 102 CV con los que parte son más que suficientes para moverse en ciudad.

En nuestro caso nos pusimos al volante del acabado Cooper S con carrocería cabrio y con un color amarillo fluor que, si ya de por sí el modelo llama la atención, con esa configuración más todavía. Los 178 CV con los que se presentan, empujan bien. El nivel de sonoridad interior es mínimo, ni siquiera se aprecian ruidos por las juntas de la capota, por lo que, para disfrutar del ronroneo del propulsor, es necesario descubrirse al sol. Y, desde muy pronto llama la atención el silbido del motor cuando se suelta el acelerador, nos recuerda a la competición más pura de hace unos años.

Un gran vehículo en solo 3,86 metros
Con sus 3,86 metros se muestra como un gran urbanita.

A partir de aquí, todo es disfrutar. Tiene un comportamiento que recuerda al de un kart, muestra carácter cuando se le exige (tres modos de conducción, Green, Medio y Sport) y solo en algunas situaciones nos gustaría que las pinzas de freno mordieran con más garra los discos para apurar la recta unos metros más antes de llegar a la curva. Pero solo sucede cuando nos ponemos exigentes pues se desenvuelve con soltura en una carretera virada.

Además, en su interior, una persona de 1,85 metros se encuentra cómoda por lo que el Mini One, como sucedía hasta ahora, se dispone como una opción muy atractiva un ocupante, una pareja o, incluso, ante la llegada de un primer hijo. Uno de los problemas en los que cae, por su exigua longitud, es el poco espacio para las piernas en las butacas posteriores, un sacrifico entendible.

Más allá de esto, es un coche para disfrutar, una gran opción especialmente para uso diario.

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