Las negociaciones del convenio colectivo de Renault en Francia para los años 2022-2024 avanzan, enmarcados por la necesidad del fabricante de recortar costes fijos y de aumentar su producción nacional. Para atajar el primer punto, la marca del rombo abandonará su cuartel general en Boulogne-Billancourt (París) para enfocarse en un modelo de teletrabajo mixto en el que los trabajadores solo acudirán a las oficinas dos días a la semana.
Por ello, de cara a 2025 esperan contar con un 50% menos de espacio, una medida que les permitirá ahorrarse 60 millones. El aumento de la fabricación francesa hasta 700.000 vehículos anuales es una decisión que viene a contrarrestar la salida de 6.600 personas que anunciaron a principios de año como parte del plan Renaulution para lograr un ahorro de 2.000 millones. En contra, se contratarán 2.500 puestos enfocados en nueva movilidad.
Para alcanzar la capacidad esperada, Renault asignará nueve nuevos modelos a sus plantas francesas, la mayoría 100% eléctricos y estarán centrados en las instalaciones de Electri-city, un núcleo de producción cero emisiones. En 2020, de sus líneas galas salieron 676.700 unidades —en el año 2000, superaron 1,4 millones—. Los sindicatos han rechazado tanto despidos involuntarios como el cierre de factorías en el país.