El presiente de Faconauto, Gerardo Pérez, alertó hoy al Gobierno, en la apertura del IV Observatorio de la Posventa de la Distribución Oficial organizado por la entidad que dirige, sobre los efectos negativos que, a su juicio, podrían tener algunos de los movimientos que ya ha planteado el Ejecutivo como la derogación de la Reforma Laboral. Considera que esta debe mantenerse en su actual formato, pues entiende que «la flexibilidad laboral beneficia al trabajador» y que «en un país donde el empleado cambia de empresa con mayor facilidad, suben los salarios».
Y alude al caso concreto de España, «donde la renta per cápita es de 23.000 euros, pretender que se estanque el mercado de trabajo es totalmente negativo». Además, no comprende que «los Presupuestos Generales del Estado que no aborden los cambios significativos que necesita este sector», y se muestra en desacuerdo con «cobrar los peajes en las autopistas» y valora que «hay una cruzada contra el automóvil», pues sospecha que muchas de las decisiones que se ponen en marcha tienen un «componente ideológico».
Situación difícil
En su alocución, Gerardo Pérez hizo un repaso a la actualidad del sector, con la bajada del mercado, la necesidad garantizar una seguridad jurídica al empresario y la apuesta por nuevos sistemas de movilidad, sin olvidad la importancia que la venta seguirá teniendo.
Considera que el cliente está cambiando, pero que el vehículo privado seguirá teniendo una gran importancia. Le acompañarán nuevas formas de acceso a un coche como el carsharing, aunque cree que nunca le sustituirá. Además, postula al concesionario como punta de lanza para esta implantación ante la dispersión que el sector tiene en toda la geografía española.
Sin embargo, son muchos los problemas que ahora han de afrontar la distribución, el último la crisis de los chips, que prevé que se alargará hasta el próximo verano, y recuerda que «los fabricantes están obligados a suministrar vehículos y no lo está haciendo». Por ello, solicita que las marcas «rebajen sus peticiones de inversiones y presiones para la venta». Y pide a Europa «la desglobalización de algunas producciones» para que evitar falta de suministro similar en el futuro.
A este problema se suma la subida de la luz, cuya factura en las 5.200 instalaciones con las que cuentan se ha elevado de 60 millones anuales a 150 millones.
Europa no es infalible
Muestra sus dudas sobre el modo en el que Bruselas pretende implantar el eléctrico en el continente, especialmente porque todos los países no son iguales ni pueden llevar el mismo ritmo. Y recuerda que «si en España se quieren sustituir los 25.800.000 coches térmicos que ahora hay, se deberían vender 800.000 eléctricos al año, y este año solo se van a comercializar 23.000. Ya empezamos con una mochila de 780.000». Además, señala que el 90% de sus ventas siguen siendo motores térmicos, que «son los que pagan nuestras facturas».
Y recuerda que nuestra fiscalidad es de hace 30 años y, que si vamos a un modelo de pago por uso, este también debería ser así. Además, considera que en un momento con caídas superiores al 30%, habría que evitar, por ejemplo, que «precios de los coches vuelvan a subir en enero por el Impuesto de Matriculación».
La posventa, fundamental
Finalmente, en cuanto al objeto del observatorio hoy presentado, apunta a que la venta siempre ha tenido su importancia en el negocio, ahora «se dice que el VO soporta a los concesionarios, pero la posventa es la que más trabajo da, con 76.000 empleados, y genera unos 4.000 millones de facturación».
Y cree que hay que apostar por este departamento, pues muchas operaciones se van a los reparadores independientes, a los que alaba por su gran trabajo, y anima a los suyos a mejorar para retener esas operaciones por la gran preparación y respuesta de sus trabajadores.
