A pesar de los esfuerzos de los gobiernos galos, Francia no ha conseguido una balanza comercial positiva desde 2002 y su tejido industrial ha ido decayendo paulatinamente. El último intento en revivirlo es el plan France 2030, presentado por el presidente, Emmanuel Macron, el 12 de octubre, con una dotación de 30.000 millones de euros, 4.000 de los cuales irán destinados al transporte.
Los objetivos que pone de manifiesto el Elíseo, que se ha marcado un objetivo de producir dos millones de vehículos electrificados para la siguiente década, pasan por varios frentes, desde la creación de un nuevo reactor nuclear de pequeñas dimensiones “con mejor gestión de residuos”, hasta la reducción de gases de efecto invernadero en un 35%, en comparación con los niveles de 2015.
En cuanto a las energías alternativas, el Ejecutivo pretende hacer que su país se convierta en el líder del hidrógeno verde, con la creación de dos grandes plantas de electrólisis para separar partículas del agua “e invertir masivamente en las tecnologías útiles para su uso”. Solo en esas últimas tres partidas, el importe…
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