Alberto Gutiérrez Molinero/ Boxberg (Alemania)
Para el proveedor de servicios y tecnología Robert Bosch, la movilidad del futuro será electrificada, automatizada y conectada. Esa es una de las principales conclusiones de la 62º Conferencia Internacional de la Prensa del Motor que celebra la compañía alemana cada dos años en Boxberg (Alemania).
La electromovilidad es el primer de estos tres pilares: en 2025, el 15% de todos los vehículos nuevos contará con un sistema de propulsión electrificado, una cifra que se elevará por encima del 30% en el caso de Europa, según explicó Rolf Bulander, presidente del área de movilidad de Bosch. A ello contribuirá la ampliación de las infraestructuras, ya que la compañía alemana confía en que, para 2020, haya alrededor de 3 millones de puntos de recarga en todo el mundo, diez veces más que en 2013. Ese mimso año, Bosch espera haber reducido a la mitad los costes de fabricación de las baterías.
En este contexto, el motor de combustión no desaparece, sino que se convierte en el mejor aliado para lograr una movilidad eficiente. De hecho, los sistemas de inyección de gasolina y los diésel han incrementado sus ventas el pasado año un 20%. Además, Bosch cree que es posible lograr todavía una reducción en el consumo de combustible del 10% en los vehículos diésel y del 20% en los gasolina.
De esta manera los coches compactos podrán reducir sus emisiones hasta los 85g de CO2 por km en el caso de los motores gasolina y hasta los 70 g en el caso de los diésel, mientras que los SUV y los vehículos más grandes y deportivos deberán optar por la hibridación para alcanzar los estándares marcados por la UE en 2021, establecidos en 95g, la cifra más restrictiva del mundo, frente a los 119 g de China en 2020 o los 102 g de EE.UU. en 2025.
Actualmente, Bosch ya ha recibido 30 pedidos de sus clientes para la electrificación del propulsor, 10 de ellos para vehículos híbridos enchufables de la clase premium. En el segmento de los vehículos generalistas de tamaño medio, «estamos trabajando en un híbrido asequible que será el modelo de entrada a esta categoría y donde tenemos dos pedidos de producción de volumen a gran escala», explicó Bulander, quien no dio detalles sobre quienes eran los fabricantes.
Los sistemas de automatización crecen un 33%
Otro de los ejes de la estrategia actual de Bosch la transición hacia la conducción automatizada. Los sistemas de asistencia al conductor están creciendo un 33% anualmente, según el máximo responsable de la división de movilidad de Bosch. Las ventas de sensores de rádar y vídeo se duplicaron en 2014 y lo volverán a hacer este año.
Bosch cuenta actualmente con una plantilla de 2.000 ingenieros dedicados al desarrollo de estos sistemas cuando hace dos años eran sólo 700. El plan es ir introduciendo paulatinamente la conducción autónoma en los vehículos: este año llegará al mercado el sistema de aparcamiento por control remoto, el asistente de atascos de tráfico y la función de asistencia para maniobras de esquiva y cuando un vehículo viaja en sentido contrario. El año que viene quiere estará listo el piloto automático para atascos y en 2020 Bosch espera fabricar un piloto automático para circular por la autopista de forma automatizada.
Con la introducción paulatina de la conducción automatizada, las carreteras serán más seguras. Según la ONU, 1,3 millones de personas mueren al año en accidentes de coches y en el 90% de los casos, se produce por un error humano y, según Bulander, sólo en Alemania, se podrían reducir los accidentes en un 37%.
El coche conectado
Para alcanzar un grado alto de automatización, los vehículos tienen que apoyarse en la información de su entorno y, para ello, deben estar conectados a internet. Bosch ha creado el sistema ‘Horizonte Conectado’, un sistema que permite una vista previa de la ruta, para elaborar una estrategia de conducción, lo que permitirá a los usuarios ahorrar combustible, tiempo y viajar más seguros.
Según Dirk Hoheisel, miembro del Consejo de Administración de Bosch, «los vehículos conectados son advertidos con antelación sobre la proximidad de situaciones peligrosas después de una curva cerrada o de un cambio de rasante ciego».