Terminado la segunda edición del Plan PIVE, comienzan los balances. La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) asegura, basándose en estimaciones de la consultora MSI, que el programa de ayudas ha generado la venta adicional de 50.000 vehículos.
Con estas cifras, la recaudación extra del Estado, Comunidades Autónomas y ayuntamientos asciende de 184 millones de euros, mientras que la inversión fue de 150 millones.
A estos datos habría que añadir los 8.300 puestos de trabajo que la Federación calcula que se han podido mantener en las redes de distribución gracias al PIVE, a razón de un empleo por cada seis coches vendidos. El coste anual del subsidio de desempleo de estos trabajadores ascendería a alrededor de 90 millones de euros.
El balance ambiental también es positivo, ya que la antigüedad media de los casi 150.000 vehículos achatarrados ha sido de 16 años por lo que ha permitido ahorrar 3,6 millones de euros en derechos de emisión de CO2, según los cálculos de Faconauto.
Importancia del IDAE
Uno de los pilares del éxito del PIVE ha sido la gestión que ha realizado el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que ya ha abonado el 99% del dinero que los concesionarios han adelantado a los compradores beneficiarios del incentivo gubernamental.
«Sin la buena gestión del Plan, los concesionarios no hubiéramos podido mantener el pulso en el esfuerzo comercial, que se ha situado desde febrero en una media superior a los 4.000 euros», aseguró el presidente de Faconauto, Jaume Roura.
Familias beneficiadas
El Plan ha supuesto un espaldarazo al canal de particulares, que en los seis primeros meses del año creció en torno al 6,5% mientras que el mercado general ha caído en torno al 5%. Las familias y particulares han sido efectivamente los grandes beneficiarios del PIVE, acaparando el 93% del presupuesto.
Las familias numerosas, que tenían derecho a una ayuda de 3.000 euros apenas han supuesto un total de 1.253 operaciones.
Sobre el tipo de vehículo, un 96% han sido automóviles, cuyo precio medio sin el IVA fue de 13.435 euros. El impuesto de valor añadido con esta base imponible sería de 2.821,35 euros. El 4% restante fueron vehículos comerciales.
Alberto Gutiérrez Molinero/ Madrid