El nuevo presidente de la compañía Volvo Cars Group, el alemán Stefan Jacoby, anunció hoy el desembarco de la compañía fabricante de automóviles sueca en el mercado de China con un vasto programa de inversiones destinado a un "crecimiento definitivo".
La compañía fabricante de automóviles fundada en Suecia e integrada en el Grupo Volvo hasta 1999 fue vendida recientemente al consorcio estatal chino Geely por su hasta ahora propietario, el consorcio estadounidense Ford.
En su primer acto público desde la central de Volvo Cars en Göteborg (Suecia), Jacoby incidió más en objetivos que en cifras y advirtió de que su firma quiere actuar como "el pequeño David" en la competición con gigantescos consorcios o "Goliat" como Volkswagen, con decisiones más rápidas, óptimas y flexibles. Estos grandes consorcios, según Jacoby, actúan en ocasiones debido a su tamaño como "patos cojos".
Jacoby, anteriormente jefe de Volkswagen en Estados Unidos, sustituye al frente de Volvo Cars Group al británico Stephen Odell, quien se hará cargo ahora de la división europea de Ford. Volvo Cars entró en 2008 en zona de pérdidas y previamente fabricaba 400.000 vehículos al año.
"Volvo no agotó aún su potencial", subrayó hoy Jacoby, quien explicó que uno de los sectores a desarrollar "con inteligencia" para el desembarco en China será el segmento de los automóviles de lujo.
En Göteborg, el nuevo presidente de Volvo Cars Group señaló como sus coches "favoritos" entre los productos de la competencia los Bentley (propiedad de Volkswagen), el M5 de BMW -al que definió como "fantástico"- o el modelo Prius de Toyota.
A principios de agosto, Ford anunció la venta de Volvo Cars por 1.300 millones de dólares (1.010 millones de euros) en efectivo y 200 millones en un pagaré. Otros 300 millones ya fueron entregados previamente por Geely. EFE