La dirección de la fábrica de Renault en Sevilla inició ayer la negociación de un nuevo Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de 266 días para los 996 trabajadores del centro con una vigencia entre el 1 de julio de 2021 y el 31 de marzo de 2023, según han informado a La Tribuna de Automoción fuentes del sector.
El expediente, que da continuidad a otro de 50 jornadas que se aprobó este año y que vence el próximo 30 de junio, se justifica, de acuerdo con la memoria explicativa entregada a los sindicatos en la Comisión Negociadora constituida, por los descensos productivos que se proyectan para la factoría de cajas de cambio andaluza, a lo que hay que sumar el impacto de la crisis de semiconductores, que seguirá activo al menos durante la segunda parte del ejercicio.
De las paradas máximas contempladas en los tres cursos, 77 se han fijado para 2021, 148 para 2022 y 41 para el primer trimestre de 2023. Aparte de la regulación laboral, el fabricante ha planteado un cambio organizativo del trabajo, que afectaría a 94 operarios, fruto de la intención de producir en una serie de departamentos más impactados solo con el turno de mañana, lo que implicaría diferentes movilidades de personal entre secciones y sectores.
Desde las centrales sindicales, que afrontarán la segunda reunión mañana día 16, se ha señalado que están analizando la documentación y que en el proceso negociador van a proponer a la compañía "las mejores salidas ante esta situación, buscando la menor afectación posible para la plantilla", según reza un comunicado de CCOO.
En el ERTE actual, Renault y el Comité acordaron un complemento salarial hasta el 85%, garantizando el 100% de las pagas extra y las vacaciones, unas condiciones que, a priori, defenderán los representantes de los empleados para poder pactar la medida.