Ignacio Anasagasti / Madrid
El subdirector general de la Dirección General de Tráfico (DGT), Federico Fernández, ha señalado hoy, durante la presentación del informe “Conducción y Visión nocturna” elaborado por el RACE y la Fundación Alain Afflelou, que la legibilidad de las señales y los carteles de tráfico en España “no es óptima”, de tal modo que sería recomendable modificarlas.
Fernández planteó, por ejemplo, que los paneles informativos de las carreteras podrían tener una letra “más grande y legible” sin que ello suponga el aumento de sus dimensiones. También se refirió a las señales de límites de velocidad y a los paneles que informan sobre desviaciones, los cuales, a su juicio, deberían tener los números y las tipografías de más tamaño.
“En el tema de la visión, hay muchas cosas por hacer”, sentenció el responsable de Tráfico, quien destacó que los titulares de las vías las están adaptando “poco a poco”, lo que servirá para hacer frente, entre otras cosas, al incremento del número de conductores de edad avanzada en los países occidentales.
Cambio de hora
En la presentación del informe, se apuntó que con el cambio de hora de invierno (aplicado desde el pasado domingo), al producirse un aumento de las horas de conducción nocturna, los fallecidos durante la noche pasan de ser el 33% sobre el total al 52%, pese que hay más accidentes durante el día, según datos de la DGT relativos a 2010.
A pesar de ser la franja horaria con menor intensidad circulatoria, durante la noche se produce el 39% de las víctimas mortales por accidentes de tráfico. Este porcentaje elevado se explica en que el índice de peligrosidad es mayor frente al día, con 3,8 fallecidos por cada 100 accidentes frente a 2,5.
El estudio, realizado a partir de 1.342 encuestas, también subraya que al 43% de los conductores no le resulta seguro conducir por la noche por pérdida de su capacidad visual. Entre los problemas de visión más frecuentes se encuentra la miopía, el astigmatismo y la presbicia, entre otros.
De los conductores analizados, el 10% afirma haber sufrido una grave situación de riesgo durante la noche por un problema relacionado con su visión. Lo más frecuente es el riesgo de atropello a animales y peatones que invaden la calzada, el de colisión por alcance a un vehículo parado y el de no percibir las señales de tráfico.