La Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus) ha criticado el encarecimiento del precio del gasóleo, que en noviembre alcanzó los 1,385 euros por litro, según datos del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, lo que ha supuesto un encarecimiento del 26,2% desde que comenzó el año. No obstante, si la comparativa se hace con el dato de noviembre de 2019 —antes de que se desplomara el precio del crudo y de los hidrocarburos por la Covid-19— la revalorización del combustible es del 14,08%, puesto que entonces el diésel se pagaba a 1,214.
Ante esta situación, la asociación ha solicitado la «revisión extraordinaria tarifaria para poder actualizar el precio», que debería incrementarse, al menos, un 6% para cubrir el déficit acumulado y evitar lastres en su recuperación.
En un comunicado, han expresado que dicha revisión es fundamental para garantizar a corto y medio plazo la provisión de los servicios de movilidad esencial, sujeto a estándares de sostenibilidad medioambiental, «con unas exigencias y unos niveles crecientes de calidad». Así mismo, estiman necesario la modificación de la fórmula polinómica con la que se revisan los costes, introduciéndose un factor corrector que tenga en cuenta cualquier variación que conforma la estructura de gastos.
En lo que refiere al combustible, añaden, «cualquier incremento o disminución superior al 10%» con respecto al IPC debería tener un reflejo automático en las mismas. Y es que con la subida del gasóleo a casi 1,39 euros a finales de 2021, se llega a una cifra cercana a los registros de 2013, cerca de superar su máximo histórico, situado en 1,4 euros.
Esto dista de los valores mínimos alcanzados en mayo del año pasado, durante el primer Estado de alarma por el coronavirus, cuando se encontraba a 0,99 euros —un precio inusualmente bajo por el impacto que tuvo el confinamiento en el consumo de derivados del petróleo, cuyo barril de Brent, llegó a cotizar en el entorno de los 20 dólares, frente a los más de 78 de hoy—, por lo que, desde entonces, su valor se ha elevado casi un 40% hasta hoy.
Menos emisiones GEI
En la misma nota de prensa, Confebus ha remarcado el papel del autobús como el segundo modo de transporte que menos CO2 emite, por detrás del tren, con 68 gramos de dióxido de carbono por pasajero y kilómetro. En este punto, entienden que el sector ha basado su evolución en el fomento de la transición hacia una flota de combustibles alternativos, haciendo uso de las últimas tecnologías para mejorar su eficiencia.
Según datos proporcionados por la Confederación, en 2019, el autobús permitió el desplazamiento de más de 3.100 millones de viajeros al año, comunicando a más de 8.000 poblaciones y generando empleo para 95.000 personas, siendo además un eslabón clave para la industria del turismo en España.