Latribunadeautomocion.es / Madrid
El grupo Volvo no ha encontrado un comprador para su planta de cigüeñales de Leganés (Madrid) ni volúmenes productivos adicionales, por lo que ha decidido cerrar el centro de producción, en el que trabajan 142 empleados directos, a comienzos de abril de 2014, según informó ayer al Comité de Empresa el vicepresidente sénior, Jan Ohlsson.
La fábrica ya tenía fijado el cierre de una de sus dos líneas de montaje para finales de marzo del año que viene, afectando a 45 operarios, para los cuales la dirección de Recursos Humanos de la compañía estaba negociando con los representantes sindicales las condiciones de su salida. Los cigüeñales que se fabrican en esa cadena de montaje se envían actualmente a una empresa en Alemania, Deutz, que se encarga de distribuirlos a la propia Volvo y a otros clientes, según fuentes del sector.
Para el otro cigüeñal que se produce en la otra línea, el grupo sueco anunció antes de verano que estaba estudiando donde producirlo, bien continuar con la actividad en Leganés o trasladarlo a una planta de Suecia o de Estados Unidos. Finalmente, Volvo se ha decantado por su fábrica sueca de Skövde.
Reacciones
“Hemos hecho un trabajo exhaustivo para encontrar alternativas de volúmenes para Leganés. También hemos llevado adelante un proceso transparente con la Comunidad de Madrid, y hemos contado con su total apoyo en nuestros esfuerzos para encontrar soluciones industriales alternativas para Leganés. La colaboración ha sido muy valorada”, comenta Ohlsson.
Tras conocer la decisión del cierre, el Comité de Empresa ha mostrado “su más enérgica repulsa”. Los representantes de los trabajadores, que se consideran “engañados por la empresa”, han instado a Volvo a que se replantee la decisión, ya que “nos plantea que no hay problema de productividad, calidad ni ningún otro problema achacable al buen trabajo de la plantilla”.
Asimismo, piden a las administraciones autonómicas y estatales que, junto al fabricante, se pongan a trabajar con el fin de encontrar soluciones para evitar el cierre. Fuentes sindicales precisan a esta publicación que “Volvo ha estado jugando con nosotros, ya que todos estos meses han tenido buenas palabras, a pesar de que ya tenían seguro que iban a cerrar”. Este extremo ha sido rechazado tajantemente por la compañía en todas las reuniones mantenidas.
Volvo ha señalado, en el comunicado, que el cierre de Leganés es parte del programa de eficiencia global del grupo, que “abarca tanto la reducción de personal de oficina, contratas y temporales como la mejora de la eficiencia del sistema industrial global”.
