La Comisión Europea había confirmado a inicios de noviembre que llevaría a cabo la presentación del paquete de automoción, que nace de las conversaciones con el sector en el Diálogo Estratégico y que incluirá una propuesta de revisión de los objetivos de emisiones de CO2 de 2030 y 2035 para los vehículos ligeros, el próximo 10 de diciembre.
No obstante, todo apunta a que se retrasará al menos “una semana” o, incluso, “hasta después de Navidades en enero”, según confirman a La Tribuna de Automoción fuentes del sector conocedoras de los planes de Bruselas.
La publicación de las medidas, encaminadas a reforzar la competitividad del automóvil y para asegurar una transición sostenible y justa hacia la electrificación en la UE, la espera la industria con gran expectación, porque del enfoque y resultado de las mismas dependerá la concreción de los planes de inversión estratégicos a medio y largo plazo que tienen en marcha tanto los fabricantes de coches como los proveedores.
Este pequeño retraso ha sido comentado por el comisario de Transporte Sostenible y Turismo, Apostolos Tzitzikostas, en declaraciones al diario económico alemán Handelsblatt, informa Reuters. Concretamente, el representante comunitario apuntó una posible demora de “semanas”, enfatizando que la Comisión está trabajando “muy duro” en las propuestas, pero podría no tenerlas listas hasta enero
“Estamos todavía trabajando en ello. Queremos presentar un paquete de automoción que sea realmente exhaustivo y que cubra todos los aspectos necesarios”, añadió.
La Comisión Europea sobre 2035: “Estamos abiertos a todas las tecnologías”
Más allá del plazo de la presentación, Tzitzikostas también ha reforzado el mensaje, que compartió el vicepresidente Séjourné el pasado 26 de noviembre en una cumbre sobre automoción en Stuttgart (Alemania) sobre la necesidad de “adaptar el camino” en la transición energética con flexibilidades. Así, declaró que, “dado el contexto internacional, podrían permitirse varias tecnologías después de 2035”.
“Estamos abiertos a todas las tecnologías”, enfatizó el comisario de Transporte Sostenible, en relación a la propuesta de Alemania, que ha sido remitida por carta por el canciller Friedrich Merz y que ha sido recibida de forma “muy positiva”, de que se puedan seguir matriculando más allá de 2035 híbridos enchufables y vehículos de combustión “altamente eficientes”.
Esta relajación de la prohibición, tal y como ha planteado la patronal de fabricantes de coches europea ACEA, sería a cambio de compensar las emisiones con renovación del parque automovilístico, una mayor proporción de carburante descarbonizado o la reducción de emisiones en la cadena de suministro (por ejemplo, usando acero o aluminio verde), entre otras alternativas.
Grandes diferencias de enfoque entre las potencias europeas
Sea como fuere, la presión sobre la Comisión Europea sobre qué posición tomar acerca de la meta de 2035 crece por segundos, existiendo una división, por ejemplo, entre las grandes potencias comunitarias.
Mientras que Alemania e Italia —en este caso, la primera ministra Meloni ha calificado el objetivo de “autodestructivo”— son muy beligerantes con conservar la prohibición de matricular vehículos que no sean cero emisiones en una década apostando por introducir grandes flexibilidades —solo se permiten los ecocombustibles, por el momento, como alternativa a los eléctricos o de hidrógeno, aunque estaría pendiente el desarrollo reglamentario—; otros países, como Francia y España, por contra, se han mostrado a favor de conservar la meta, rechazando que los PHEV puedan ir más allá de 2035, pero introduciendo apoyos para impulsar de verdad la electrificación, siempre que los fabricantes desarrollen actividad en Europa.
