Los conductores españoles ya han comenzado a experimentar lo que es la nueva Smart. Tras Alemania, España ha sido el primer país europeo en matricular al pequeño crossover sin emisiones, formalizando en este arranque 23 entregas hasta finales de junio —frente a las 237 de un Fortwo que sigue liquidando stock por otra vía diferente—, pero con buenas perspectivas comerciales a tenor de las prerreservas realizadas por los clientes.
Poco o nada tienen que ver ambos modelos, más allá de su propulsión 100% eléctrica. La carta de presentación de la nueva Smart es un todocamino de 4,27 metros de longitud que se encuadra en el segmento B-SUV para rivalizar con alternativas de cero emisiones como el DS 3 Crossback E-Tense o el Opel Mokka-e. Con este tamaño, trasciende el uso urbano característico de sus antecesores para postularse, incluso, como una alternativa familiar. Y es que, su distancia entre ejes, de 2,75 metros, ayuda a conformar un habitáculo más que satisfactorio para cuatro ocupantes y con el plus de modularidad que le procuran las butacas traseras regulables longitudinalmente en 12 cm.
Dependiendo de su posición, más o menos adelantada, la capacidad del maletero oscilará entre 273 y 411 litros, a lo que habría que sumar los 15 que garantiza el hueco bajo el capó, propicio para guardar los cables de carga.
Minimalista en todos los sentidos
Siguiendo la pauta de la nueva generación de coches eléctricos, el diseño interior del Smart #1 también se inclina por el minimalismo; eso sí, arropado por una elevada sensación de calidad percibida. Frente al volante encontramos la instrumentación digital de 9,2 pulgadas y, en el centro del salpicadero, una pantalla táctil Full HD de 12,8 pulgadas que aglutina la mayor parte de funciones del vehículo más allá de las habituales de infoentretenimiento. Dos elementos que forman parte de un completísimo equipamiento de serie desde su nivel de acceso, en el que también figuran elementos como los faros matriciales LED, los asientos delanteros eléctricos y calefactados tapizados en símil cuero o el techo panorámico, junto a una extensa lista de ayudas a la conducción en la que no faltan el aparcamiento asistido o la cámara de 360 grados.
Con el sello de Geely, el sistema de propulsión eléctrico del Smart #1 se basa en un motor de 272 CV (200 kW) que manda su fuerza a las ruedas traseras gracias a la energía acumulada por una batería de 66 kWh de capacidad (62 útiles) que permite recargas a un máximo de 22 kW en corriente alterna y 150 kW en corriente continua, si bien las primeras unidades en salir de la línea de producción no van más allá de 7,4 kWh en alterna.
Como variante prestacional queda el Brabus que, gracias a sus dos motores eléctricos, se va hasta los 428 CV (315 kW) y cuenta con tracción integral. Una propuesta que parece haber convencido al cliente, toda vez que ha acaparado cuatro de cada 10 prerreservas. Esta versión cifra su rango de uso en 400 km, mientras que las variantes Pro+ anuncian una autonomía de 420 km, registro que se eleva hasta 440 km a partir del grado Premium gracias a la presencia de una bomba de calor en el sistema de climatización del vehículo.
A falta de opciones para su personalización —se venden exclusivamente unidades de stock— la gama Smart #1 contempla hasta 30 variantes repartidas entre sus tres líneas de acabados: Pro+, desde 42.100 euros (sin ayudas a la compra); Premium, a partir de 45.600 euros; y Brabus, por 49.600 euros.
Como alternativa a la compra, la marca está valorando el lanzamiento de una modalidad de suscripción.
