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Barcelona, al frente del desarrollo de vehículos Nissan a nivel mundial

Pablo M. Ballesteros / Barcelona

El Centro Técnico de Nissan en Barcelona comparte protagonismo con Cranfield (Inglaterra) en cuanto al diseño de vehículos, al ajuste de motores y a la adaptación de los modelos al mercado del continente de Nissan Europa.

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Entrada al centro técnico de Barcelona

Pablo M. Ballesteros / Barcelona

El Centro Técnico de Nissan en Barcelona comparte protagonismo con Cranfield (Inglaterra) en cuanto al diseño de vehículos, al ajuste de motores y a la adaptación de los modelos al mercado del continente de Nissan Europa.

El laboratorio de la marca japonesa se creó en 1968 —en aquel momento se desarrollaban los camiones de la marca Ebro y hasta 1979 no entraría en juego Nissan, cuando compro Motor Ibérica— y en la actualidad cuenta con 330 ingenieros que se aplican para conseguir tres objetivos.

El primero de ellos, es que Barcelona sea el centro de referencia a nivel mundial para la adaptación de motores diésel de la Alianza Renault-Nissan a todos los modelos de la marca japonesa con independencia del mercado en el que se venda.

En el complejo catalán hacen la puesta a punto de los motores, se esbozan y desarrollan los elementos de alimentación, refrigeración, aire y de escape, mientras que se pelea por reducir emisiones y consumo para cumplir con la normativa Euro 6 que entrará en vigor en septiembre de este año. El motor dCi de 130 CV para el X-Trail de Japón ha sido uno de los últimos testigos.

El hecho de dar soporte a todas las plantas del mundo de Nissan hace que a día de hoy se trabaje con 17 propulsores —9 diésel y 8 gasolina—, lo que se traduce en 55 combinaciones de motores y vehículos.

El segundo cometido es el desarrollo completo de los vehículos industriales ligeros para el Europa y Rusia, ya sean camiones ligeros, furgonetas o pick up, a través del diseño digital con lo que se reducen los tiempos, en comparación con la creación de los vehículos de forma física, a la vez que se rebajan los costes.

En este sentido, el Centro de Barcelona ha capitaneado el desarrollo completo del nuevo NT500, el camión ligero que se fabrica en Ávila, y ha hecho parte del desarrollo físico de modelos como el NT400, vehículo industrial ligero que también se ensambla en la planta castellana, el pick up Navara que se produce en Barcelona, en la fábrica que comparte con la furgoneta NV200, que también se ha desarrollado en el Centro Técnico catalán, al igual que su versión eléctrica.

La utilización de medios digitales para la concepción de un vehículo hace que el plazo se reduzca en un 50% y hace que las piezas se tengan que retocar sólo un 60%, en vez de un 90%, como ocurre cuando se hace de manera física.

Condiciones extremas

La tercera pata de la actividad es la prueba de los vehículos, componentes y motores. El fin es acoplar los modelos al mercado europeo —el primero que pasó con el logo de Nissan fue un Patrol en 1979— y medir la resistencia de los modelos, así como de las piezas, por lo que se les somete a test muy duros que en la mayoría de los casos superan las condiciones más adversar de la naturaleza o de los caminos más rotos y bacheados.

En los rodillos y bancos de pruebas se puede tener un coche circulando durante 24 horas, todos los días de la semana, hacerlo acelerar a 200 km/h, probar motores de 300 CV con un par de 934 Nm y que alcanzan las 8.000 rpm. Al tener durante cuatro semanas seguidas el vehículo en funcionamiento, hace que se pueda probar el estado después de 200.000 kilómetros.

NISSAN centro técnico Banco de motorEn los bancos de motores se puede testar, asimismo, como influyen los cambios en la alimentación del propulsor a la hora de reducir el sonido, mejorar su funcionamiento y reducir el consumo.

El confort dentro del coche es una de las cosas que más valoran los ocupantes, por lo que en Barcelona Nissan verifica como afecta a los ocupantes las vibraciones de la carretera, como se puede aislar mejor el motor para reducir el sonido que entra en el habitáculo, la visión del retrovisor o el método de mejorar las cajas de cambio para que en el futuro sea más fácil cambiar la marcha.

Una temperatura exterior de 90 grados

Una de las partes que más sorprende es la cámara climática. En ella, hasta dos coches o un vehículo industrial pueden ‘sudar’ a 90 grados y aguantar una radiación solar similar a la del desierto del Sahara, una humedad del 95% o funcionar a menos 40 grados. Mientras que con el calor se busca ver como afecta a la pintura y a las juntas, con el frío se comprueba algo más crítico como es el arranque, el funcionamiento del limpia parabrisas y el cierre de puertas.

Bajo unas condiciones de calor extremo también se puede ver como ruedan los modelos de Nissan y como se comportan con el aire acondicionado o el climatizador puesto.

Además de los centros técnicos de Crandfield y Barcelona que son los principales en Europa, Nissan tiene dos más, uno en Bonn (Alemania) y otro ruso en San Petersburgo. En total, en el continente tiene 900 empleados al servicio de la I+D. En total, en el mundo, tienen 21.000 personas más para el desarrollo de vehículos, repartidos principalmente en Japón y en las dos instalaciones de EE.UU, pero también en India, China, México, Brasil, Vietnam, Taiwan o Sudáfrica.

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